Por José Antonio Almunia.
No le gustan las entrevistas, pero la presencia de Julián y de Toya le dan cierta confianza. La timidez le delata, pero cuando de repente saca parte de su obra y la pone sobre la mesa, las palabras fluyen de forma distinta. César Arqué, que expone desde el 11 de Marzo al 1 de abril en el Centro de Congresos de Barbastro, es pura sensibilidad y humildad. Su obra en barro responde a una técnica depurada, colorista, precisa… es como si en cada pieza quisiera conservar las esencias que durante toda su vida le han acompañado. Se nota en la delicadeza con la que las deposita sobre la mesa para la sesión fotográfica. En su forma de mover las manos, como si modelara. En los nombres que pone a cada una de ellas “ En mi soledad queda el recuerdo de tus besos” “Camino indeciso en la boca del viento”…

– De la piedra a la cerámica, vaya salto.
-Empecé con la cerámica de casualidad. Después de estudiar en la Escuela de Artes de Huesca y varios cursos de cantería y trabajar la piedra y el mármol, me llamaron de ATADES para una plaza de manualidades. Alguien hizo una donación para poner un horno y un taller de cerámica. Me pongo a prender al tiempo que empiezo a dar clases.

-Pero ser capaz de expresar con el arte los sentimientos no es algo espontáneo
-Siempre me ha gustado dibujar, hacía garabatillos. En este momento, su cuñado Julián Laporta interviene: “De pequeño siempre hacia dibujos preciosos, enormes, llenos de detalle”.

La cerámica –continúa César– me aporta más que trabajar con la piedra. En la piedra hay siempre mucha herramienta y golpe, la cerámica es la mano. Cada gesto que tu haces va cambiando el material, va llevándolo. En ese momento que estás dando la forma y buscando cada punto, cada relieve, la forma final, me quedo absorto.

-Tengo entendido que en Atades los chicos te adoran.
-En Atades soy profesor de cerámica, en clase son los chicos los que hacen las obras. Yo adapto las cosas para que las hagan ellos y sean los que trabajen, piensen como hacer las mezclas, como llegar al final.

Toya, su pareja no puede contenerse: “En ATADES esa timidez que tiene ahora, quedarse para adentro y no sacar lo que sabe, no le pasa. Cuando está con los chicos es el mismo que cuando hace su cerámica. Divertido, extrovertido, tiene más voz. Cuando ves entrar a los chicos en su clase lo hacen de una forma distinta a las otras clases. Y cuando  llega a un centro en los que no está todos los días, los chicos aplauden. Tiene un algo, se destroza la cabeza para que lleguen a hacer algo aunque se muy sencillo, los chicos se sienten capaces de hacer cosas solos, lo perciben”.

-Pero volvamos a César y a su cerámica. Este es un doble viaje, vuelta a Barbastro y a exponer.
-Es la primera exposición en Barbastro. Llevo desde los 20 años fuera, primero estudiar, luego trabajar… los viajes han sido esporádicos. Lo que expongo son cerámicas muy personales. Los llamo vasos, no es cerámica tradicional porque el material no lo trabajo como un ceramista sino mas bien como un escultor. Buscando el toque de los materiales, el ver hasta donde llegan. Lo que más me ha costado es creer que podrían gustarle a alguien.

-¿Una obra tan especial sale a la primera?
-No, hay veces que el resultado final no me gusta.

-¿Y entonces?
-Lo pongo para macetero.

Cucho (César) Arqué, se expresa de maravilla a través de su obra y de los nombres que su hijo le ayuda a poner. Ahora, sus paisanos de Barbastro van a poder disfrutar de todo ese colorido y sensibilidad en la exposición que hoy (11) se inaugura.

1 Comentario

  1. Cucho, enhorabuena! ¡Qué maravilla de formas, colores y texturas! ¡Qué derroche de creatividad! Me han gustado mucho tus piezas. Y, cómo no, la labor que realizas con tus niños. Se ve que disfrutas mucho con la cerámica y te dedicas a explorar. A seguir. Carmen León

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