Distintos ayuntamientos ribagorzanos como Benabarre, Graus, Viacamp o Secastilla tienen previsto presentar una reclamación ante el Departamento de Industria y la compañía suministradora por la larga duración de la avería en el suministro eléctrico que, como consecuencia de la intensa nevada del pasado sábado, padecieron numerosos vecinos de sus municipios que tardaron hasta treinta y siete horas en recuperar el servicio.
Algo que ocurrió en las calles del centro de Benabarre, donde el fallo del trasformador del Molino dejó sin luz a los usuarios a las dos de la madrugada del sábado y no volvieron a recuperar el servicio hasta las tres de la tarde del domingo. «Aproximadamente un tercio de los 1200 habitantes del municipio residentes en las calles Mayor, Justicia, Teodoro Ríos, la plaza Mayor, buena parte de la calle Vicente Piniés y las calles adyacentes se vieron afectados por este corte», explica la teniente de alcalde benabarrense, Yolanda Castelló, quien apunta que el consistorio ha decidido presentar una reclamación formal tanto por los tiempos de atención y recuperación del servicio como por el estado de las instalaciones y de los tendidos eléctricos.
Según apunta Castelló, el ayuntamiento es consciente de que la empresa alegará causas de fuerza mayor y excepcionalidad para justificar lo prolongado de la avería -«que ciertamente han existido», reconoce-, pero destaca el malestar existente entre los usuarios afectados por la larga duración de una avería que también se sufrió durante ocho horas en el resto del pueblo y por la falta de información puntual recibida por los vecinos que reclamaban datos sobre el apagón.
Benabarre también sufrió numerosos daños en el arbolado del municipio -especialemnte significativa por su valor sentimental para los benabarrenses es la situación que presenta el parque de San Medardo-, con el hundimiento de una marquesina por el peso de la nieve que afectó a varios coches estacionados bajo ella o con la caída de un muro situado en el parque junto a la iglesia parroquial que dejó al descubierto unos huesos humanos de antiguos enterramientos realizados en el lugar.
La nevada ocasionó igualmente graves afecciones al suministro en varios de las localidades del municipio de Graus donde ya el pasado día 13 se había producido una avería que dejó sin luz a la localidad durante más de cuatro horas. El alcalde, José Antonio Lagüens apunta que en el núcleo urbano grausino en esta ocasión el apagón duró una media hora pero en localidades como Aguinaliu, El Soler, Ejep y Panillo y las aldeas de La Miranda y Colloliva la avería se prolongó durante más de veinticuatro horas. Para evaluar el alcance del problema, ayer mismo se reunía la junta de gobierno del municipio y decidía ponerse en contacto con los grupos municipales para adoptar una resolución institucional en el pleno municipal que se celebrará este próximo jueves encaminada a solicitar que se abra una investigación que determine las causas de los apagones, los daños ocasionados, las posibles reclamaciones de los usuarios afectados y permita conocer el plan de mantenimiento y las inversiones que pueda adoptar la compañía suministradora para evitar posibles averías futuras.
Independientemente de esta reclamación, el ayuntamiento grausino ha emitido una nota de agradecimiento público a todas las personas que participaron en los operativos para restaurar el servicio en unas condiciones que el alcalde define como «durísimas». «El trabajo de las operarios de las brigadas, del retén de los Agentes de Protección de la Naturaleza, de los bomberos, de los delegados de alcaldía, de los trabajadores de Endesa y de otras muchas personas fue impagable», reconoce Lagüens.
Algo que también destaca el responsable de Protección Civil de la zona oriental de la comarca, Andrés Pociello, quien subraya especialmente la labor de los trabajadores de Endesa. «Al margen del estado de las líneas y su mantenimiento, el trabajo que llevaron a cabo durante las treinta y seis horas de la avería no lo sabe nadie», sostiene Pociello para quien es «de alabar» la dedicación de estos operarios metiéndose por caminos con medio metro de nieve para intentar llegar a los trasformadores afectados y poder acoplar grupos electrógenos con los que recuperar el servicio. «Hubo muchos problemas y muy serios y esta gente puso toda la carne en el asador y trabajaron sin descanso para solucionarlos», comenta Pociello.
Otras localidades como Viacamp y Llitera, Puente de Montañana o Secastilla y su santuario de Torreciudad sufrieron también las consecuencias de las intensas nevadas caídas y de los prolongados cortes en el suministro eléctrico.
