Por Ana Pascual
Alejandro, asturiano pero residente en San Juan de Plan, imparte desde el año pasado un taller de música en la residencia Riosol de Monzón dos veces a la semana. Actualmente son dos grupos, de unas 60 personas, que disfrutan de la música de su época, una actividad que les ayuda a practicar la memoria y a formar parte de una comunidad.
¿En que consiste el proyecto ‘Se me olvidó que te olvidé’?
El taller es un proyecto personal fruto de mi experiencia en el campo educativo, en el mundo de la música tradicional y popular y de toda una vida en un entorno rural, abordando prioritariamente la estimulación de la memoria, así como el componente lúdico desde una visión humanista, con todo lo que ello supone. En una hora a la semana intentamos, a partir de un repertorio significativo para las personas mayores, abordar la interpretación de toda la música que vivieron en su juventud (a partir de 55-60 años). Siempre desde una visión de salud comunitaria porque yo, que me muevo en el mundo rural, entiendo que la ruptura del tejido social está latente en las residencias y la música tradicional y popular funciona como una dinámica comunitaria.
Comenzaste el año pasado con este taller en Monzón, ¿hay algún cambio?
En general no pero lo que sí que estamos intentando es introducir de manera más sistematizada la visión de salud mental comunitaria, como decía anteriormente, desde una perspectiva preventiva y social, no clínica, ya que no es éste último el objetivo del taller. . Ahora el taller está muy consolidado, después de seis años de trabajo en diferentes ayuntamientos y comarcas; todos los cambios que introducimos intentamos que sean pequeños porque éstos suponen largos tiempos de adaptación a los participantes que además, vienen sobre todo a divertirse y compartir momentos y vivencias intensas.
¿Cuáles son las canciones que más te piden los asistentes a estos talleres?
Lo que más les gusta son rancheras y corridos, México triunfa entre el sector mayor. También cantamos pasodobles, boleros o jotas. Ellos van pasándome las canciones que quieren que interprete y de esta forma hacemos el repertorio más personalizado para cada ambiente y situación, que sea emocional para cada grupo con el que trabajo.
¿L@s trabajador@s del centro te han comentado si han notado algún cambio?
Si, sobretodo la motivación vital que supone tener un horizonte semanal de actividad con intensidad emocional y lúdica. Conociendo las dinámicas vitales y organizativas de los establecimientos residenciales, las actividades cobran mucho valor, porque rompen la monotonía de personas a veces dependientes y con grandes limitaciones en su cotidianidad; por ello una actividad que funciona y hace participar a la gente, sobretodo a aquellos que no puede comunicarse normalmente por problemas derivados de la demencia o del Alzheimer, es un punto de inflexión en la semana así como de motivación ante las nuevas propuestas y canciones que se puedan abordar; es un disfrute tanto para ellos como para mí y una gran satisfacción poder sacar adelante este taller. Por ello, también desde estas páginas me gustaría agradecerles a todas las personas mayores que me permitan trabajar con ellas, pudiendo así dedicarme a algo que me llena, debiendo dejar claro además que se lo debemos todo, absolutamente todo, a ellos y ellas.
¿Qué formación tienes y cómo has llegado hasta aquí?
Soy profesor Superior de Conservatorio, maestro de Educación Musical, un máster en Intervención en Contextos Marginales y un postgrado en Salud Mental Colectiva junto con formación coral, entre otros… Dejé mi trabajo como maestro y fui moviéndome hasta llegar a San Juan de Plan, donde resido ahora, y desde donde trabajo tanto en municipios de Sobrarbe como de Somontano o Cinca Medio.
Vienes desde Asturias, aunque también pasaste por Teruel, ¿qué te ha parecido la comarca del Sobrarbe?
Es todo un lujo, estoy encantado no solo por las montañas como por el paisanaje. Nosotros nos vinos hasta aquí por lo bien que nos trataron sus habitantes durante el tiempo que estuvimos viviendo de aquí de forma intermitente.