Por Lola Gª Casanova
“Abordaje en cuidados auxiliares en personas institucionalizadas con disfagia orofaringea” que lideraron las enfermeras del Centro de Salud de Barbastro, Ana Arnal y Arancha Pueyo se ha llevado el tercer premio (de entre 213) en las Jornadas de Calidad de Aragón que se celebraron en Calatayud el 13 y 14 de junio.
Este trabajo (en forma de póster) fue premiado ya en las Jornadas de Calidad del área de Salud de Barbastro. Junto a Ana Arnal y Arancha Pueyo colaboraron Lola Buera, Carri Badía, Elisa Torres y Ana Piñol.
Tras formase, estas profesionales visitaron todas las residencias de ancianos de la comarca para recordar cómo prevenir los atragantamientos (broncoaspiraciones).

 

-Enhorabuena, han ganado el tercer premio en comunicaciones en las Jornadas de Calidad de Aragón que organizan el Salud y la Sociedad Aragonesa de Calidad Asistencial. Su estudio aborda el tema de la disfagia orofaringea, es decir, la dificultad de tragar en personas mayores.

-Consideramos que se trata de un tema infravalorado. Existe desconocimiento y nos pareció un buen tema porque está a la orden del día y en el hospital se producen ingresos por broncoaspiraciones (atragantamientos). Hay que explicar que no estamos hablando de dificultad para tragar en cualquier persona sino en mayores que han sufrido ICTUS, que padecen una enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer o Parkinson. A ellos les afecta de manera especial.

-Y se pusieron manos a la obra.

– Nos formamos y comunicamos a gerencia nuestra intención de ir por las residencias. Entre las cinco instituciones del Somontano viven 371 personas. De ellos el 70 % corresponden a dependientes (260) y de este grupo 26 ancianos presentan disfagia orofaringea. Esa era nuestra población diana.

A las residencias acudieron familiares, personal de cocina y sobre todo auxiliares. Las charlas y la demostración fueron muy prácticas y han dado resultado.

¿Lo han medido?

Desde que realizamos las charlas hasta la finalización del estudio (octubre 2017-marzo 2018) no ha habido ningún ingreso hospitalario de estos ancianos por esta complicación. Hacemos el seguimiento gracias al programa OMI-AP del Salud.

Hay que recalcar que en esta formación muchos conceptos eran refrescar. El espesante lo receta el geriatra en el hospital, pero en muchas ocasiones las enfermeras en Primaria debemos recordar a cuidadores y familiares cómo usarlo correctamente. Esto fue seguir haciendo nuestro trabajo pero con más alcance.

-También ofrecieron ideas sobre el menú.

-Muchas veces al hablar de purés pensamos en la verdura con la pechuga triturada. Nosotras les demostramos que también pueden ofrecer macarrones, café con leche o pan con tomate. Y, ¡créame!, sabe a macarrones y a pan con tomate.

-¿Algún consejo cuando hay disfagia?

-Lo primero: adaptar la dieta a cada anciano y seleccionar el tipo de textura adecuada. Realizar varias comidas al día y de plato único. Evitar: alimentos pegajosos (caramelos, chocolates), que sueltan mucho líquido al morderse y dobles texturas (sopa con bolitas, por ejemplo).  Y paciencia, el anciano debe comer despacio, sin prisas.

-¿Van a seguir extendiendo estos consejos?

-Sí, tenemos pensado acudir a asociaciones de Barbastro y comarca (Alzheimer, Amas de Casa…) para llegar a los que están en casa. Pero, si nos dejan, no nos importaría ir a otras residencias de las diferentes zonas de salud porque el tema es útil y con buenos resultados.  Aunque todo lleva su trabajo, pero ganas no nos faltan.

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