En una jornada radiante, centenares de personas llegadas desde todos los rincones de Ribagorza y de las comarcas vecinas se dieron cita este pasado domingo en Graus para participar en la recuperada Feria de Mayo de esta villa ribagorzana que, como venía ocurriendo en los últimos años antes de la pandemia, complementa la feria generalista de Santa Lucía con un certamen agroalimentario que en esta ocasión llegaba a su séptima convocatoria tras el obligado parón de 2019 y 2020.
En su recuperación, la Feria Agroalimentaria instalaba sus reales en la monumental Plaza Mayor grausina, donde 18 establecimientos llegados desde distintas zonas de Huesca y Zaragoza ofrecieron una amplia gama de productos cárnicos, quesos, cerveza, vino, miel, chocolate, helados, pasta fresca, mermeladas o aceites de gran calidad y elaborados artesanalmente.
Heredera de las ferias especializadas ExpoRibagorza y ProPirineo, esta Feria Agroalimentaria nació en 2014 con el objetivo de fomentar los productos agroalimentarios de calidad e impulsar el comercio de proximidad. Tras los dos años de ausencia se ha retomado con gran entusiasmo por el consistorio y por los propios expositores que vivieron una muy agitada jornada «con –como comentaba una de las productoras presentes- toda la ilusión que se merece esta recuperación de una normalidad cada vez más evidente».
El recinto ferial abría oficialmente las puertas a las 11 de la mañana y permaneció activo hasta las 8 de la tarde. Desde el primer momento, la Plaza fue un incesante ir venir de personas animadas tanto por el excelente tiempo como por la propia oferta comercial y por un programa paralelo repleto de novedades con respecto a ediciones anteriores en el que se contemplaba la realización en horario de mañana y tarde de distintas catas, maridajes y degustaciones dirigidos a públicos de todas las edades, aunque se priorizó las horas matutinas para aquellas pensadas para los más pequeños y las de tarde para los adultos.
Paralelamente a este certamen especializado, las calles del Barranco y Salamero fueron escenario de la Feria generalista de Santa Lucía, tan concurrida o más que la anterior ya que desde primeras horas recibió un auténtico aluvión de personas que, en un ambiente plenamente festivo, paseaban por entre los casi setenta puestos presentes con una variopinta oferta de productos textiles, calzados, alimentación, menaje del hogar, regalos, juguetería y, lo que es más importante, se “enferiaron” –compraron en este día ferial- con alegría en esta jornada de reencuentros y de sonrisas desenmascaradas.
