En una jornada en lo climático mucho más bonancible de lo que auguraAban las predicciones meteorológicas, la Plaza Mayor de Graus está siendo escenario de una animada Feria de la Trufa que, en su segunda edición en esta villa ribagorzana, ofrece una amplia panorámica sobre el sector trufero y las industrias complementarias que están surgiendo en torno a este delicioso hongo y recupera una convocatoria que tuvo que ser suspendida por motivos sanitarios el pasado 2020.
Veintiún stands feriales mostraban esta mañana las propuestas de otros tantos expositores procedentes de Huesca, Teruel, Zaragoza, Soria, Madrid, Córdoba o la cercana Francia en una edición que, como ya resaltaban sus organizadores en el acto de presentación, «ha dado un enorme salto de calidad y de variedad» con respecto a la primera convocatoria de hace dos años. Y eso que otras cuatro firmas que habían anunciado su presencia en Graus este sábado renunciaban en las últimas horas por las malas perspectivas climáticas o por las dificultades para los desplazamientos que están generando las borrascas que azotan la zona noroccidental española y el sur de Francia.
Aún así, las propuestas que se daban cita esta mañana en la Plaza Mayor presentaban una variada muestra de artículos y productos relacionados con el mundo de la trufa y de una truficultura que se está demostrando imprescindible para garantizar la pervivencia y crecimiento del sector trufero. Los visitantes, que tras unas primeras y frescas horas matutinas en que llegaban con cuentagotas al recinto ferial, han animando con su numerosa presencia esta feria en la que, además de la imprescindible trufa fresca, han podido conocer la labor de varios viveros y planteros cuyo trabajo es clave para asegurar y potenciar la plantación de nuevas truferas, de centros de investigación como el CIET que tiene su sede en el propio Graus y que se ha convertido en una de las más destacadas entidades en el estudio del cultivo de las trufas, las características de las plantas micorrizadas –con distintos stands en que se exponían y vendían al público-, diversas maquinarias, algunas diseñadas por empresas locales con una larga trayectoria en este campo, dedicadas a la poda y las labores agrícolas específicas que requieren las plantaciones truferas, sustratos, alimentación canina especial para los perros “cazadores” de trufa, productos de la trufa elaborados, degustaciones gastronómicas y demostraciones artesanales que subrayaban el buen estado de salud de un sector muy dinámico y en pleno proceso de expansión.
La feria ha servido también para tomar el pulso al precio de mercado del hongo ya que, en los stands en que se podía comprar trufa fresca, las cotizaciones no bajaban de los 700 euros el kilo del producto vendido a granel, cotización que sin duda marcará los precios del prestigioso mercado trufero grausino que abre por primera vez sus puertas en esta temporada esta tarde a partir de las siete.
El certamen se ha prolongado hasta las 16 horas y se ha visto complementando por una demostración del buen hacer de los perros truferos, programada en principio a partir de las 11,30 pero que se ha postergado una hora con cambio también de ubicación. Una vez concluida la feria, la celebración de una charla en la Casa de la Cultura en la que se hablará del fraude existente con la trufa negra de ínfima calidad procedente en buena medida de los mercados asiáticos y del ilusionante proyecto “Trufa Negra de Aragón” que pretende reunir bajo un mismo paraguas a todo el sector trufero de nuestra comunidad y que arrancaba su andadura la pasada semana. El colofón de la jornada ferial será la ya comentada inauguración del tradicional Mercado de la Trufa Fresca grausino, una de las principales lonjas de contratación del producto en nuestro país, que recupera su formato habitual, aunque con las prevenciones que aconseja la situación sanitaria.
