Por Lola Gª Casanova

En la foto: Mari Carmen Sanjuan, Rocío Buesa, Rebeca Larrosa, Carmen Santacruz, Arancha Bagües forman parte de la junta directiva de la Unión Deportiva San Lorenzo de Flumen. Además, les apoya Raquel Puyal. Un hecho, sin duda, todavía sorprendente en el masculino universo del fútbol. Pero no para sus vecinos…

Cinco mujeres y jóvenes dentro de la junta directiva de un equipo de fútbol…

Llama la atención, somos conscientes, y por ambas características por mujeres y por jóvenes. Pero en San Lorenzo de Flumen no nos sorprende. Nos sentimos muy arropadas.

Y, ¿por qué sus vecinos lo ven tan normal?

Por ese fuerte sentimiento que existe en San Lorenzo de que todos podemos aportar, de que todos podemos hacer algo sin distinciones de sexo. Aquí hay mucho movimiento y las mujeres tenemos mucho que decir. Para desempeñar una responsabilidad no se valora por ser hombre o mujer.

Supongo que les gusta el fútbol.

Sí, a todas. A muchas de nosotras, nuestros padres ya nos llevaban a los partidos cuando éramos pequeñas. El fútbol sirve para movilizar el pueblo. En San Lorenzo ha habido una larga tradición y nosotras queremos transmitirla y que no se pierda, lo vemos como un elemento muy positivo y de ahí nuestro compromiso. Queremos que continúe.

A usted le toca acudir a las reuniones de la federación.

Y durante dos años he sido la única mujer. En el último encuentro de esta temporada ya asistieron dos mujeres más. Y espero que en el futuro haya más.

¿Por qué decidieron dar el paso e involucrarse en el equipo?

Como ya he contado el fútbol nos gusta y valoramos lo que significa para la vida del pueblo. Además, hace dos años el club atravesó un momento muy delicado y había que tomar decisiones. Entramos mucha gente nueva.

Este año han descendido.

Pero para nosotros, por tamaño y presupuesto, jugar en Regional Preferente está muy bien, aunque aspiramos a más. Nos sentimos muy orgullosos de cómo ha transcurrido la temporada pasada y del compromiso de los jugadores.

Y procuran contar con jugadores de la zona.

Los jugadores de la zona mueven mucha gente, conocer, ser amigo, pariente… tira mucho. Y a los de fuera los integramos para que todos hagamos club. Es como una familia.

Nosotros suplimos lo económico con el buen rollo, la amistad, la unión, organizamos muchas actividades en común como comidas, encuentros, se fomenta la relación de los jugadores y con los aficionados y el pueblo. Dar el paso de irse de este club no resulta nada fácil… no lo digo yo, es lo que nos transmiten los jugadores.

En breve, convocan asamblea de socios.

Contamos con unos 120, un buen número, pero desearíamos aumentar la cifra y, además, quiero resaltar que la junta está abierta a todos los que quieran entrar y trabajar por el club y para el pueblo.

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