La vecina de la localidad de Serraduy Aurora Lanau se ha hecho merecedora del premio en el concurso “21 retos para la sostenibilidad” organizado por la Comarca de La Ribagorza dentro de su programa de la Red de Hogares Sostenibles. El compostaje doméstico que realiza su familia ha sido clave para lograr este reconocimiento que lleva implícito la entrega de un lote de productos ribagorzanos que le hacía efectiva este lunes el presidente de la comisión de Turismo, Desarrollo y Medio Ambiente de la Comarca, Isaac Sanromá, en el prado de su casa.
En este espacio, bajo la sombra de la Sierra de Sis, tiene instalada la familia de Aurora la compostera que se ha convertido en un elemento más de su vivienda como herramienta para reutilizar los residuos orgánicos en su conversión en un valioso abono natural.
Sanromá felicitó a la ganadora y resaltó que «el verdadero premio es para toda la Ribagorza» por el impulso que se está dando al compostaje doméstico. Subrayó también la importancia de esta apuesta de por el bienestar medioambiental y sus efectos directos ante el respeto y cuidado del entorno natural.
«Teníamos la idea de compostar y al ver el programa de la Comarca no dudamos en adherirnos. Con él conseguimos un buen compost para nuestra huerta y, aunque parezca que no, se retiran muchos kilos de basura orgánica que aprovechábamos, como hacíamos antes en los pueblos», explica la ganadora del concurso.
El programa de la Red de Hogares Sostenibles puesto en práctica en Ribagorza implicó de forma directa originalmente a cincuenta familias ribagorzanas participantes en un plan piloto de reciclaje doméstico que les está permitiendo reducir sensiblemente la carga de residuos que vierten a los contenedores, lo que repercute en la disminución de la huella de carbono del transporte de los desechos orgánicos con una sencilla reutilización. Los técnicos de la Comarca han acompañado y asesorado en el proceso de aprendizaje para utilizar la compostera, entregada por la propia entidad en un doble formato para adaptarse a las características de cada vivienda.
El concurso formaba parte de este programa como una manera de implicar a los participantes en el cambio de sus rutinas con los residuos orgánicos. Así, durante las 21 semanas que duraba el aprendizaje se fueron introduciendo distintos objetivos particulares inspirados en los 17 globales por el desarrollo sostenible de la Agenda 2030. La eficacia energética, el uso responsable del agua, el bienestar medioambiental o el impulso a la economía circular fueron algunos de los aspectos en que se hacía incidencia para crear esas nuevas rutinas de consumo, reciclaje y comportamiento buscadas.
El programa sigue en la actualidad con nuevas incorporaciones familiares –se han repartido otras 126 composteras- y la implicación en él de centros escolares de la comarca entre los que el Instituto de Castejón de Sos ha sido pionero.
