La esperadísima actuación de los danzantes en el tradicional “ball dels omes” supuso el pasado sábado un auténtico momento de catarsis colectiva en el Día Grande de las fiestas patronales de Benasque. Con la Plaza Mayor abarrotada de benasqueses y de muchos de los visitantes que comienzan a llegar estos días, el sentimiento de intensa comunión de los lugareños con sus tradiciones más queridas ha impregnado el ambiente en esta jornada en que se honra la memoria de San Marcial y se ha traducido en una vibrante actuación de los mozos danzantes tanto en el “ball” como en la previa procesión en honor al santo en la que centenares de hijos de la villa han arropado con su presencia el recorrido de la venerada imagen del patrón.
Es algo que se viene repitiendo desde tiempo inmemorial, en una liturgia que se ha vuelto a vivir de nuevo en esta jornada festiva. Mientras repicaba la campana mayor de la iglesia, denominada por este motivo “la Marciala”, la multitudinaria y tradicional procesión tras la misa mayor, presidida por la imagen del santo y encabezada por la bandera o pendón rojo carmesí de la cofradía, y el posterior ball dels omes ante esta misma imagen resguardada bajo el enorme tilo de la Plaza han sido los momentos más emotivos de este especial día dedicado al santo patrón de los benasqueses.
Ataviados con unos singulares y característicos tocados floridos, vestidos con el traje típico aragonés y acompañando la música del ball con unas grandes castañuelas de boj, los cuatro mayordomos masculinos abrían una vez más el baile al que se han ido sumando numerosos hombres de la localidad hasta conformar una larga fila que, dando vueltas por la Plaza, ha formado las características “marradetas”. En las primeras vueltas, los mayordomos en ejercicio han entregado simbólicamente el testigo a quienes les van a sustituir en las próximas fiestas ofreciéndoles una rosa como símbolo de su elección.
Los festejos, que este año tuvieron como pregonero de excepción al esquiador olímpico del Valle Martí Vigo, vivieron ayer domingo otro de sus momentos especialmente intensos cuando, a las siete de la tarde, comenzaban el “Ball de les Dones”, así conocido porque, frente al exclusivamente masculino del sábado, intervienen en él las mujeres acompañando a los hombres en sus evoluciones.
Estas fiestas celebran hoy su última jornada con, entre otros actos, la comida popular en el entorno del pabellón polideportivo, la demostración del tradicional juego de las quillas de esta tarde o el espectáculo de pirotecnia y la traca fin de fiestas que esta noche cerrará con un broche de oro un denso programa festivo.
