En Bujaraloz, o eres uno de sus vecinos o eres un «forastero». Palabra de uso cotidiano que a muchas personas les traslada al lejano Oeste. Y a ello se suman los paisajes y parajes que rodean a esta localidad, en los que no resulta difícil poder imaginarse a un grupo de indios, a todo galope, detrás de una diligencia. Directores como Alfonso Balcázar e Ignacio Iquino trajeron en la década de los setenta los rodajes del «spaguetti western» hasta tierras de Los Monegros. Un género al que el Certamen de Cortometrajes de Bujaraloz va a dedicar su undécima edición. Y para ello, los integrantes de la Asociación Amigos Monegrinos del Séptimo Arte han rodado su propio «western».
Una pequeña ficción en la que no falta la cantina ni polvorientas calles. Amigos y familiares convertidas en chicas de salón o en forajidos que se baten en duelo por un valioso botín en plena fiebre del oro, solo que en el caso de Bujaraloz, y que como no podía ser de manera, se trata de la «Rosa de Los Monegros».
Con este cortometraje amateur se intenta involucrar a los bujaralocinos en todo el proceso creativo y técnico del cine. Y se proyectará junto a la veintena de trabajos que conforman la selección oficial del certamen, que se se celebrará los próximos 14, 15 y 16 de diciembre. Una nueva edición en la que se han vuelto a superar los 450 cortometrajes recibidos. Tres intensos días de cine, a los que por primera vez se añade una jornada de proyecciones previa, que tendrá lugar el domingo 9.
