Miembro de la junta de la AECC de Sariñena (MONEGROS)
“Estoy aquí para homenajear a mi madre y para decir que la vida sigue aunque al principio fastidie y duela que sea así”. La madre de Carlos Boned falleció a causa de un cáncer de médula cuando él tenía 25 años. Fue diagnosticada siete años antes “aunque se fue muy rápido, la verdad, cuando su cuerpo rechazó el segundo autotrasplante de médula”. En esos años Carlos pasó de aprobarlo todo y ser un buen estudiante a suspenderlo todo. Pero salió adelante y concluyó sus estudios de enfermería “que llenaba de orgullo a su madre”. Trabajaba en Tarrasa y decidió regresar a Sariñena, con sus padres, para estar más cerca de su madre.
“Como hijo quise hacerme el fuerte, que nadie me viera sufrir porque no quieres preocupar. Sin embargo, tuvo su coste y aunque me resistía mucho, mucho, al final, acudí al psicólogo de la AECC. Sólo fueron dos sesiones, pero me vinieron fenomenal. No hay que tener miedo de pedir ayuda, de hablar y de desahogarse con quien sabes que te puede ayudar porque necesitamos mostrar todo lo que estamos viviendo”. A los familiares les aconseja que descansen, que hagan saber al paciente que están ahí, junto a ellos para escucharles y ayudarlos y que eviten los dramatismos innecesarios.
Opina que aún existe un rechazo hacia la palabra cáncer, pero “debe perdurar la esperanza. En muchos casos, se vence y, por ejemplo, las carreras populares, como la que estamos preparando en Sariñena, sirven para mostrar el cariño y el apoyo a todos los enfermos y sus seres queridos que lo están pasando mal”.
