Las protestas por la situación económica generada por el las limitación a la movilidad ciudadana y el colapso del turismo invernal se suceden estos días en el Pirineo. Benasque fue escenario el pasado viernes de una multitudinaria protesta en la que más de cuatrocientas personas recorrieron las principales calles de la villa reclamando la «imprescindible» puesta en marcha de propuestas que -más allá de un Plan Remonta que, entienden los manifestantes, nace con vocación de paliar las necesidades más perentorias- reactiven la economía del territorio pirenaico y ofrezca «una tabla de salvación» a las numerosas empresas que están a punto de echar el cierre definitivo.
En una manifestación que se desarrolló sin incidentes y que contó con el apoyo de numerosos vecinos que salieron a los balcones y ventanales para mostrar públicamente su solidaridad, los concentrados partieron desde la Plaza del Ayuntamiento benasqués y, tras recorrer las principales arterias de la localidad, regresaron al punto de partida donde se leyó un manifiesto reivindicativo que hacía incidencia en la necesidad de habilitar medidas económicas y de ayuda «reales» para el sector vinculado con el turismo –y por extensión con toda la economía dependiente- ante la negativa del departamento de Sanidad de flexibilizar las políticas de movilidad o de ampliación de los horarios de hostelería y servicios.
Junto a las gentes del Valle de Benasque, personas llegas desde el resto de Ribagorza, Jacetania o Sobrarbe participaron en esta concentración que tuvo momentos muy emotivos como el de la sorpresiva interpretación a la gaita por parte de uno de los asistentes del característico y simbólico Ball de Benás que hizo aparecer más de una lágrima entre la concurrencia.
«Estamos contentos con la respuesta a esta y a las anteriores convocatorias porque vamos viendo como la gente se va dando cuenta de que la situación nos afecta a todos», resumía al final de la manifestación Ainoa, propietaria de un establecimiento de restauración en Villanova que, como otros muchos empresarios del territorio pirenaico, ven cómo sus negocios penden de un hilo ante los impedimentos para poder desarrollar su actividad.
