Con el deseo ferviente de que los próximos meses sean los del control de la pandemia y de la ansiada vuelta a la normalidad, un reducido grupo de integrantes del Centro Excursionista Ribagorza, CER, cumplió este pasado miércoles con la tradición de la entidad e instaló un año más en la cima del Turbón su Belén Montañero, el colocado a mayor altitud de todo Aragón.
Fue una subida bastante dura, con mucha nieve en el último tramo, a partir de los dos mil metros, y un fuerte viento repentino en la cima y el inicio de la bajada en una travesía en la que los expedicionarios invirtieron ocho horas; cuatro y cuarto de subida y tres de bajada, más casi la hora en que estuvieron en la cima acondicionando el espacio elegido para instalar este simbólico Nacimiento en las mejores condiciones posibles para garantizar su pervivencia en los próximos meses.
Los participantes en la expedición belenista señalan que fue una jornada «extraordinaria», aunque con un esfuerzo físico «considerable, más que en otras ocasiones» por la abundancia de nieve en el camino. «Creemos que el Belén ha quedado muy bien ubicado en la cima de nuestra montaña mágica, en el corazón de Ribagorza», señalan desde el CER cuyos integrantes, como es habitual, se han comprometido a volver a subir a recogerlo a finales del invierno o comienzos de la primavera.
