La ACR Ciringall organizó la 18 edición del Día de la Serra del Castell, con una gran afluencia de público como ya es habitual, y pese a la meteorología, que hizo dudar de que se pudiera llevar a cabo en el parque municipal de El Prado. Numerosas personas se sumaron un año más a esta iniciativa que pretende mejorar la sierra del Castillo, colaborando tanto en la plantación como también en la conservación de los árboles plantados en ediciones anteriores.

La jornada se inició a las 11.00 horas con la plantación de árboles en la sierra del Castillo y siguió con reparto de chocolate con torta para los asistentes. 

Más tarde, alrededor de las 15.00 horas, se comenzó a degustar la paella preparada por los socios del Ciringall y los voluntarios que todos los años participan desinteresadamente en su elaboración. En total se repartieron cerca de 500 raciones. El esfuerzo en la preparación por parte de los miembros de la asociación es digno de destacar ya que desde primera hora estuvieron montando, por ejemplo, un pabellón portátil donde preparar la comida.

Como es habitual, el Día de la Serra del Castell homenajeó a una persona que ha tenido un importante impacto en el municipio o una proyección exterior. En esta ocasión se trató de José Antonio Montull, sacerdote salesiano nacido en San Esteban de Litera con una trayectoria más que destacable de trabajo con los jóvenes, de lo que decía sentirse «muy orgulloso». 

En el homenaje, los miembros del Ciringall le pidieron que representara títeres (puchinelis como se denominan en el habla local) como hacía como cuando era pequeño, con la ayuda de su primo Luis Rufas. En un escenario improvisado con unas mesas plegables, Montull y Rufas hicieron sonreír al numeroso público que se acercó a verlos. Fue la nota divertida de este homenaje en el que Montull, como él mismo reconoció, se sintió abrumado por los recuerdos y por la gran cantidad de gente que participó en su homenaje.

Tras recibir una placa conmemorativa y recordar a algunos de “los quintos que están en el cielo”, el salesiano destacó el cariño del pueblo que le vio nacer y que “siempre llevo en el corazón allá por donde voy”. 

Por su parte, el presidente de la ACR Ciringall, José Antonio Sancho, agradeció “la respuesta del público en la decimoctava edición de esta jornada, en la que una vez más el parque de El Prado ha vuelto a ser una gran fiesta” y quiso destacar “el esfuerzo de socios y voluntarios en preparar una celebración como ésta que ya es una tradición en San Esteban de Litera”. 

Tras el homenaje a José Antonio Montull, se sorteó la mona de chocolate con la imagen del Castillo que fue repartida entre todos los pequeños asistentes. Pero este año hubo una sorpresa más, y la agraciada se llevó a su casa una segunda mona, algo más pequeña, como recuerdo de este día.

La celebración no acabó allí, pues fueron muchos los grupos de amigos y familiares los que se quedaron en el parque de El Prado y su entorno para seguir disfrutando del 18 Día de la Serra del Castell. 

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