El pasado mes de enero, la comunidad de lectura «El rey Rojo» (que reúne a Comarca del Somontano, bibliotecas, profesores y libreros) llevó hasta la biblioteca de El Grado una presentación de la actividad de «Perros y Letras». Esta iniciativa ha sido desarrollada por el equipo de Zaragoza de la Asociación R.E.A.D. España, y permitió a los asistentes conocer el potencial que tiene la aplicación de metodologías diferenciales. El niño que lee con un perro al lado establece un vínculo emocional y natural que concluye en una mayor predisposición a la lectura, mejorando su entorno y haciendo más amable el contexto en el que se produce el acto de leer.
Esta experiencia puntual en El Grado llevó a la comunidad «El rey Rojo» a plantearse la necesidad de implementar una serie de sesiones continuadas en un centro educativo rural y se eligió el colegio de Salas Altas perteneciente al CRA Vero-Alcanadre. Se trata de un colegio rural de aulas multiedad, con 18 alumnos repartidos en Educación Infantil (7) y Educación Primaria (11).
Así, en el colegio de Salas Altas se comenzó con la terapia con perros el 30 de abril y se llevarán a cabo 7 sesiones individuales (una por semana) cuyos resultados serán evaluados cualitavamente y cuantitavamente. El objetivo que se desea lograr con los alumnos de Salas Altas no es otro que la mejora las habilidades de lectura mediante la intervención de perros especialmente adiestrados. El éxito del programa radica en la conexión emocional que se establece entre perro-niño que lee para el animal, el cual se relaciona con el lector según sus necesidades. Una terapia de estas características es pionera en el contexto educativo del medio rural aragonés y lo es también en colegios rurales y urbanos de la provincia de Huesca donde nunca antes se ha llevado a cabo. No sólo es un programa efectivo, sino también divertido. Los estudios realizados demuestran que la presencia de un perro produce una serie beneficios fisiológicos como el aumento de la relajación y la disminución de la presión arterial en las personas. Estos estudios también demuestran que los niños con baja autoestima se sientan más propensos a interactuar ante la presencia de un animal que con una persona.