El Ministerio de Fomento publicó este lunes en el Boletín Oficial del Estado la incoación de la información pública del estudio informativo: «Acondicionamiento de la carretera N-230. Tramo: Sopeira-Boca Sur del nuevo túnel de Viella». De las dos alternativas barajadas, la preseleccionada cuenta con una longitud de 40.025 metros y un presupuesto estimado de 295,62 Millones de euros para realizar unas obras que prevén que un 14 por ciento del nuevo trazado discurra por túneles y un 7 por ciento por viaductos.
El proyecto, que se desarrollaría entre los puntos kilométricos 107 y 150,500 de la vía, contempla también la construcción de tramos con carriles adicionales para vehículos lentos, zonas de aparcamiento de emergencia para vehículos pesados y varias zonas de descanso y se extiende por los términos municipales de Sopeira, Bonansa, Pont de Suert, Vilaller, Montanuy, Viella y Tremp.
Tras el anuncio, los alcaldes de los municipios ribagorzanos por los que atraviesa el que es el tramo más peligroso de esta carretera se han mostrado unánimes al reclamar «celeridad» en las actuaciones de mejora de esta vía, una de las de mayor siniestralidad de la red viaria española.
Los ediles de Sopeira, Bonansa y Montanuy coinciden en señalar como «positiva» la noticia aunque denuncian no haber tenido conocimiento previo a su publicación en el BOE de la tramitación del proyecto. Así mismo, subrayan la necesidad de actuaciones «inmediatas» en la vía para minimizar la peligrosidad de una carretera con demasiados siniestros con un trágico balance de fallecidos y heridos.
«El domingo hubo un accidente en Vilaller, ayer –por el lunes- otro en Bono…, esto es un rosario interminable», comenta Esther Cereza, la alcaldesa de Montanuy, a quien le parece «muy bien» que se planteen mejoras en la N-230 pero que considera que el proyecto de Fomento, entre redacciones y trámites, se va a un muy largo plazo. «Lo que necesitamos –sostiene- son actuaciones inmediatas como las propuestas por el “Conselh Generau d’Arán”, mucho más económicas y que son las que nos pueden dar a corto o medio plazo la seguridad que reivindicamos para esta carretera».
En concreto, Cereza plantea la necesidad de habilitar «cuanto antes» carriles de aceleración en zonas tanto en pendiente como llanas «ya que se trata de una carretera con mucho tráfico, en buena medida pesado, y en la que muchos accidentes se producen en los adelantamientos». Y por lo que hace a su término municipal, la alcaldesa reclama la construcción de pasos soterrados para el ganado o la mejora de los accesos a núcleos como Estet, Bono, Forcat, Viñal o Ginasté, tremendamente peligrosos en la actualidad. «Se da la circunstancia de que el transporte escolar tiene que hacer un stop en mitad de la carretera para incorporarse a la carretera y acceder a núcleos como Pallerol», denuncia recalcando que la zona no se puede permitir «diez años de trámites» para dar solución a estas carencias.
En idéntico sentido se manifiestan el alcalde de Bonansa y vicepresidente ribagorzano, Marcel Iglesias, y el alcalde de Sopeira, José María Ariño. Iglesias recuerda que, más allá de la posible bondad del proyecto por el que se inclina Fomento, el territorio está demandando «medidas puntuales y urgentes» e insiste en la necesidad de habilitar carriles de aceleración en distintos puntos. Así mismo, se pregunta por qué la actuación prevista no empieza por debajo de Arén «que es donde comienza el tramo más peligroso de la vía» y por qué no se extiende por la zona del Valle de Arán hasta Francia. Por su parte, Ariño muestra su descontento por la falta de información previa a los municipios aragoneses afectados y se confiesa escasamente optimista sobre la viabilidad de la alternativa por la que aboga Fomento que, en su opinión tiene «poca o ninguna» credibilidad «y menos con el presupuesto que se baraja habida cuenta de que se contempla la construcción de varios túneles y viaductos».
