A raíz del balance de la liquidación de los presupuestos del ejercicio 2022, el Ayuntamiento de Graus cuenta con un superávit de 432.000 euros que, restando los 9000 euros que se han de incorporar a actuaciones cofinanciadas, se traduce en un remanente de tesorería de 426.000 euros. Las cifras económicas del Área de Hacienda e Intervención del Ayuntamiento de Graus se derivan de «una gestión económica rigurosa y escrupulosa con el objetivo de tener «garantía de sostenibilidad y solvencia económica», explicó el concejal de Hacienda y teniente de alcalde, Roque Vicente.
Del total de esos 432.000 euros, alrededor de 340.000 euros se incorporarán al presupuesto de 2023 «para lo que estime oportuno», avanzó el edil. «Hay partidas en estos presupuestos que podemos cuadrar con ese dinero. El resto, puede ir para acciones o mejoras de servicios que el gobierno vigente o el que entre, tendrá que decidir».
Los 9000 euros citados que se retiran del remante de tesorería provienen de actuaciones cofinanciadas con fondos de Diputación de Huesca o Ministerio del Interior, en subvenciones para emergencias, como Filomena o los incendios de Torres y Güel.
Vicente destacó «la equilibrada ejecución del presupuesto en cuanto a ingresos y gastos», dificultada por algunos pasivos que el Ayuntamiento tiene dificultad para enajenar, si bien se trata de procesos a largo plazo. Sin embargo, la autonomía fiscal respecto a los ingresos totales es del 80 por ciento. «Tenemos que mejorar nuestra capacidad de recibir subvenciones».
Respecto a la deuda municipal, incidió en que, desde el 30 de junio de 2019 que se situaba en 1327000 euros de deuda, se ha bajado del millón colocándose en 913000 euros, una reducción de 414.000 euros. El endeudamiento por habitante pasa de los 391 euros de 2019 a los 266 euros actuales, «una reducción de casi un 40 por ciento deuda por habitante».
Roque Vicente se refirió también a «los gestos para reducir la presión fiscal en materia económica». Desde 2020, y en los sucesivos ejercicios, se ha reducido el IBI rústico, los impuestos de construcciones y obras, el IBI urbano por mejoras medioambientes en edificios, la ocupación de espacios púbicos, etcétera. Para facilitar y no grabar la actividad económica, ha habido bonificaciones de hasta un 20 por ciento para vehículos de tracción mecánica y un 50 por ciento de la bonificación del IBI a los gremios.
Recordó que, durante la pandemia, se habilitaron ayudas a comercio y los negocios «para ayudarles a pasar bache el bache» e incidió en os «bonos impulsa» que han supuesto al Ayuntamiento una inversión anual de entre 40000 y 50000 euros desde 20, y una consecuente retención del consumo anual de 200.000 euros.
El superávit correspondiente a este ejercicio no es nuevo, ya que lo hubo antes en 2020, con 93.000 euros; y en 2021, con 420000 euros. «No solo se destinará a financiar deuda o inversiones financieramente sostenibles sino cualquier tipo de inversión necesaria», avanzó el edil grausino. «Debemos mejorar la financiación de otras administraciones para abordar obras como el Barrichós, el polígono industrial, las riveras del Ésera». «Los indicadores económicos que tenemos nos permitirán abordarlos más pronto que tarde y mejorar la calidad de vida de los vecinos y la competitividad como municipio», concluyó.