Fue una jornada de especial valor simbólico para muchos grausinos. Ayer se inauguró en Graus ayer la nueva plaza dedicada a Sebastián Romero Radigales, un diplomático nacido en la localidad que por su actuación en defensa de los judíos griegos durante la Segunda Guerra Mundial ha sido considerado por Israel como “Justo entre las Naciones”, la mayor distinción que otorga esta nación a aquellas personas de confesión no judía o extranjeros que merecen consideración y respeto por observar una conducta moral ejemplar.
La nieta del diplomático, Elena Colitto-Castelli, quiso estar presente en la ceremonia de inauguración de este espacio público de nueva creación con el que, como recordó José Antonio Lagüens, el alcalde grausino, la villa ribagorzana quiere honrar la memoria de uno de sus hijos más preclaros. Muy emocionada, agradeció las muestras de cariño recibidas en Graus y «de respeto» a la memoria de su abuelo que supone la dedicatoria de esta nueva plaza. También estuvieron en Graus Isaac Revah, uno de los 647 judíos griegos, en su mayoría de origen sefardí, que salvaron la vida gracias a las gestiones, la humanidad y el enorme valor mostrado por Romero Radigales, y el director del Centro Sefarad-Israel, Miguel de Lucas.
Numerosos habitantes de la villa ribagorzana arroparon con su presencia la inauguración de esta nueva plaza que tuvo como colofón la actuación del grupo Evoeh con un concierto de cantos sefardíes.
La plaza se encuentra en un espacio recientemente urbanizado entre la iglesia parroquial de San Miguel, la biblioteca municipal y el edificio de la Residencia de la Tercera Edad. Es un coqueto rincón en una zona de paso y muy soleada que va a suponer un punto de esparcimiento y descanso, sobre todo, para niños y mayores que son quienes más frecuentan este entorno.
El grausino Sebastián Romero Radigales (1884-1970) cónsul general de España en Atenas entre 1943 y 1944, consiguió en aquellos meses de la Segunda Guerra Mundial salvar la vida de 647 judíos griegos, mayoritariamente sefardíes y descendientes de hebreos españoles, a quienes les otorgó la nacionalidad española, impidiendo así su deportación y una muerte casi segura.
