La, relativa, cotidianeidad vuelve poco a poco a la vida de los pueblos ribagorzanos con la puesta en marcha de distintas iniciativas que se habían quedado arrumbadas por culpa de la cris del coronavirus. En Graus, por ejemplo, coincidiendo con el inicio de la fase 3 de desescalada se han ultimado los trabajos de habilitación de una pequeña zona de merendero junto la zona polideportiva municipal y en las inmediaciones del río Ésera.
Se trata de un proyecto modesto pero que intenta paliar y abrir brecha en el desentendimiento que históricamente ha tenido la localidad con el disfrute de su río más allá de algunas puntuales zonas de baño. «El objetivo de esta actuación es mirar al río, aprovecharlo y disfrutarlo como uno de los espacios privilegiados que tenemos en el municipio», confirma la alcaldesa grausina, Gema Betorz, mientras recuerda que el consistorio está en conversaciones con la Confederación Hidrográfica del Ebro, CHE, para sanear, adecuar y utilizar como zona de esparcimiento la zona conocida como “La Chopera” junto al río en un futuro próximo.
Mientras esa actuación llega, iniciativas como el ahora concluido espacio tras la zona polideportiva supone un primer avance en ese impulso del disfrute ciudadano del río. Son cuatro mesas y sus correspondientes bancos bajo una malla de sombra y junto las instalaciones para hacer brasas y barbacoas que ya puso en marcha el anterior equipo de gobierno en un entorno saneado y muy agradable que, sin duda, van a tener mucha demanda a partir de ahora y que demuestra que, no por modestas, este tipo de inversiones son muy bien acogidas por los ciudadanos.
