Por asociaciones de empresarios de Cinca Medio, Litera y Somontano
«Del malestar expresado públicamente hace varios meses por las asociaciones empresariales del Eje Oriental de Huesca, en el mismo sentir que gran parte de la ciudadanía, por los deficientes servicios y medidas a tomar en los servicios ferroviarios de pasajeros en la Zona Oriental de Huesca y tras un fugaz optimismo al reunirse los máximos responsables del Ministerio de Fomento y del Gobierno de Aragón anunciando preacuerdos, diálogo, y voluntad de solucionar el asunto, pensando en los habitantes del territorio; hemos llegado al punto de, una vez más, sentirnos engañados y ninguneados, al proclamar recientemente tanto la nueva Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, siguiendo la hoja de ruta fijada por el ex ministro Ábalos, y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, que en breve se sustituirán los trenes regionales de nuestro territorio por autobuses. Una nefasta decisión política tomada sin atender, ni siquiera escuchar, a los perjudicados, que condena a nuestro territorio.
Se pueden vanagloriar, como han hecho anunciándolo en la misma reunión, de priorizar la ejecución de la autopista ferroviaria Zaragoza-Algeciras, intentar “vendernos” que los servicios de autobuses serán más eficientes, argumentar que el coste por mantener el servicio ferroviario es importante cuando no es verdad o mentir que a día de hoy sólo lo “utilizan 4 pasajeros”. Demuestran con sus hechos que les da igual la lucha contra el cambio climático o la supervivencia del medio rural. Ya pueden impulsar a nivel nacional o autonómico, como ha hecho recientemente el Gobierno de Aragón un anteproyecto de ley de dinamización del medio rural con apertura del proceso a la participación ciudadana, e ignorar la tendencia en otros países de su apuesta por el tren convencional de pasajeros. El “trenicidio” en nuestra zona y otras partes de España se inició hace décadas con el trazado del Ave y ha continuado, por gobiernos de diferentes colores, con recortes sistemáticos hasta ofrecer un servicio tercermundista con: retrasos como norma, maquinaria obsoleta, habituales averías, estaciones sucias y abandonadas, casi nulos recursos humanos… para desincentivarnos a utilizarlo y hacernos creer que somos responsables los ciudadanos del territorio los que no queremos el tren. NO nos culpabilicen a nosotros, empiecen por hacer autocrítica y tener empatía con los ciudadanos de estos territorios, de donde proceden muchos de ustedes y que tan fácilmente olvidan. Somos conscientes que somos tan pocos votos que no somos su prioridad y menos a muchos meses de elecciones.
El objetivo marcado hace décadas desde la Administración Central, con el beneplácito del Gobierno autonómico, se culmina con estas nuevas medidas anunciadas; manifestando por ello nuestro más absoluto rechazo y el compromiso de trabajar, lo que sea pertinente, para evitar que se ejecuten. ¡Salvemos el tren!»
