¿Qué han supuesto para Aragón estos 40 años de estatuto?

Ha supuesto una gran modernización de Aragón. Nuestra comunidad fue capaz de alcanzar el consenso, un pacto basado en el acuerdo y en la explotación de nuestro talante y talento. Nuestro Estatuto tenía como objetivo afianzar el autogobierno y profundizar en el asentamiento de la Constitución. Sin duda, lo hemos logrado.  Aragón es hoy un territorio envidiable, al que hemos de seguir dotando de modernidad, también revitalizando el medio rural.

Ha sido una etapa muy fructífera con avances indudables gracias a la aportación de todos que nos ha permitido contar con una organización institucional sólida y bien articulada a través del consenso, además de equipararnos al resto de comunidades autónomas en ámbitos tan diversos como la vivienda o el medio ambiente.

Aragón es hoy un espacio singular, emergente en una España única y plural. Los avances logrados gracias al autogobierno son muchos porque nuestra economía se ha diversificado y se han puesto en valor los recursos de la comunidad, pero también hay que mirar al futuro y afrontar nuevos retos, por ello sería necesario mejorar la financiación, uno de las grandes cosas pendientes.

Y en este contexto sin duda, sería muy positivo alcanzar otra proeza a partir de esta historia de éxito y convertir la autoestima reforzada en una vitamina histórica, política y cívica para afrontar las próximas décadas. El espíritu fundacional sigue vivo y sería de un error imperdonable de la actual generación no seguir la estela de hombres como Santiago Marraco, Gaspar Castellano, Juan Antonio Bolea Foradada, Hipólito, Gaspar Auría, y tantas personas del mundo de la cultura, canción y otros ámbitos, una generación irrepetible, a no ser que nos conjuremos entre nosotros y decidamos aspirar a ser también una generación irrepetible para el futuro de la Comunidad.

¿En qué hemos mejorado como Comunidad?

La comunidad ha experimentado una transformación espectacular. La modernización y avances son indudables e imparables y se observa en cada rincón, en cada pueblo, en cada ciudad. Aragón ha cambiado de arriba abajo, somos más libres, tenemos más derechos, destacamos en sectores punteros como la logística, las energías renovables, la agroalimentación, los servicios públicos y tenemos un talento que jamás hubiéramos podido imaginar. Han sido cuatro décadas de progreso. Debemos enorgullecernos del formidable cambio que ha dado Aragón.  Huesca y el Alto Aragón no son ajenos a esta conmemoración con una provincia que destaca en la agroindustria, en el sector turístico, en la nieve, en la economía digital con la instalación de Amazon Web Servives, además de una industria innovadora y altamente competitiva y con empresas que llegan a la capital y al corredor puntero que va de Sabiñánigo a Huesca pasando por Barbastro, Monzón, Binéfar y Fraga. Las infraestructuras han dado un salto de calidad, al igual que los servicios públicos, la sanidad, la educación, los servicios sociales. Además, Huesca es una de las provincias que va camino de alcanzar el pleno empleo, con turismo, con empresas agroalimentarias y de la economía digital y todo ello se está traduciendo en que está multiplicando sus exportaciones. A Aragón no la conoce nadie que conociera cómo estaba antes de llegar la autonomía.

¿En qué podemos mejorar todavía?

Tenemos talante y talento para mejorar. Se trata de reeditar un acuerdo de la dimensión de aquel pacto, aunque los problemas, los retos y los medios sean distintos. Debemos avanzar en la FP, en la Atención Primaria, en actualizar la economía de los cuidados, en progresar en la agroalimentación, en luchar contra el cambio climático, en seguir liderando la logística, en aprovechar todas las posibilidades que nos brinda una tierra en la que marcamos nuestro propio futuro.

Muchas veces los ciudadanos no somos conscientes del paso del tiempo y de esas mejoras que se producen. ¿Podría hacer un ejercicio didáctico en que ha beneficiado a los aragoneses ese tiempo?

Sin duda alguna es sencillo explicar cómo podría ser el día a día en un pueblo hace cuarenta años y la actualidad. Ahora cualquier núcleo dispone de todos los servicios, nuestra educación, sanidad y servicios sociales están muy bien valorados, aun con los problemas puntuales que pueda existir. Las comunicaciones es otro de los ámbitos que ha habido una gran mejora. No es lo mismo trasladarse antes por unas carreteras con muchas deficiencias hace cuarenta años a ahora con buenas infraestructuras o por la propia autovía.  La calidad de vida ha mejorado de forma indudable y se ha traducido en que cada vez envejecemos más y mejor.

40 años de Estatuto y también 20 años de la constitución de las comarcas, ¿cómo ha sido ese caminar juntos durante 20 años?

Creo que el devenir de estos 40 años y los veinte de las comarcas van todos por el camino del crecimiento económico y la consolidación de Aragón y de su entramado institucional. Las comarcas han asentado el crecimiento de ciudades intermedias que contribuyen a una mejor prestación de los servicios.

La pandemia y las situaciones que provocó está creando una nueva sociedad, ¿han cambiado los retos como gobierno tras el COVID 19?

Es evidente que la pandemia y la crisis provocada por la guerra de Ucrania ha marcado el diseño de nuestras políticas. En un contexto internacional de inestabilidad el Gobierno de Aragón se ha revelado como un territorio de pactos y acuerdos, estabilidad y oportunidades. Las prioridades y la hoja de ruta van dirigidas al refuerzo de los servicios públicos, la reactivación económica y la creación de empleo. Afrontamos el futuro en una posición de salida mejor que el resto de comunidades con cifras del paro que nos sitúan cerca del pleno empleo en 2024. La economía aragonesa es más competitiva y productiva que la media y más diversificada, tiene mayor PIB per cápita mayor que la media, mayor especialización industrial y menor tasa de paro. Además, contamos con una destacada capacidad exportadora con cifras récord en 2021. A todo ello habría que añadir el dialogo social y un modelo productivo consolidado en los sectores estratégicos pujantes como la agroalimentación, la logística, las renovables, la automoción, el turismo y la nieve, la economía digital o el sector farmacéutico. En el último año el cuatripartito ha declarado 23 proyectos de interés autonómico con una inversión cercana a los 3.300 millones y la creación de 8.000 puestos de trabajo.

Hablemos del futuro que es lo que más preocupa a los aragoneses, ¿cuáles son los grandes retos a afrontar los próximos años?

Durante el próximo año se deben impulsar todas las inversiones derivadas de los fondos europeos que deben convertirse en uno de los pilares para modernizar nuestra economía y también deben servir para reforzar los servicios sociales. En este año que se conmemora el 40 aniversario del Estatuto es la hora de consolidar nuestros sectores estratégicos y avanzar en proyectos muy importantes relacionados con la logística, la agroalimentación, los regadíos, las renovables o la economía digital. En el Alto Aragón la llegada de AWS a Huesca marca un antes y un después, con nuevas empresas que llegan al corredor Sabiñánigo-Huesca- Barbastro-Monzón-Binéfar-Fraga. También las inversiones que vamos a hacer en el turismo y en la nieve que nos harán mucho más competitivos.

En sanidad quiero señalar que se da un paso importante con la construcción del centro de salud de Barbastro, que está obsoleto, y la ejecución del Centro del Perpetuo Socorro, también hemos concluido las urgencias del Hospital de San Jorge, la llegada de la resonancia a ese mismo centro o los nuevos aceleradores lineales.  No quiero olvidar también que por fin el próximo año acabaremos con el emblema de la contaminación que es lindano y tiraremos la fábrica tras muchos años de inversiones y de medidas para acabar con ese grave problema medioambiental y seguimos cumpliendo con el plan de depuración de aguas residuales del Pirineo que retomamos y desatascamos al llegar a este gobierno, desjudiciálizándolo y haciéndolo más sostenible y eficiente.

¿Somos una tierra privilegiada?

Estamos en un momento de serias dificultades internacionales por la inestabilidad generada por la guerra, pero Aragón se encuentra en una situación razonable para afrontar el futuro con esperanza. Entre todos debemos dibujar un futuro próspero para una comunidad repleta de talento. Una comunidad que no renuncia al pasado como hemos demostrado recuperando la red de panteones reales, pero que mira al futuro con optimismo porque tiene sobradas razones

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