Los integrantes d ela agrupación coral “Els Pitarrois del Freixe” del Valle de Benasque están preparando las maletas para participar entre los días 28 de noviembre y 1 de diciembre en el Festival de Adviento de música coral que se va a celebrar en Praga.
Este festival es uno de los mayores encuentros corales de cuantos tienen lugar en una zona con tanta tradición musical como es la Europa Central. Por eso, los coralistas benasqueses reconocen que participar en este evento «es una oportunidad única para conocer coros de diferentes países, cantar juntos y compartir esta afición en un entorno único como es el hermoso casco antiguo de la capital de la República Checa» y entienden que se trata de una «bonita y enriquecedora experiencia» en la que están deseando tomar parte y que llega en el curso en que están conmemorando su vigésimo aniversario.
El coro “Els Pitarrois del Freixe”, dirigido por Pablo Gascón, viaja y completa su formación en esta ocasión con amigos de la “Coral del Sobrarbe”, formación con la que han compartido distintos proyectos musicales, y ha incorporado también al programa varias alumnas de la Escuela de Música de la Ball (concretamente de su Coro de Góspel) y a antiguos integrantes que, desde distintos puntos de la geografía aragonesa, se han reencontrado ahora con sus compañeros para vivir esta nueva experiencia coral.
Como recuerdan sus responsables, el coro “Els Pitarrois” siempre ha sido un proyecto abierto en el que pueden participar todas aquellas personas que tengan interés por este género musical y que disfruten del repertorio variado que se propone en cada nueva temporada. Otro de sus objetivos es el conocer y divulgar un repertorio musical ecléctico, diverso, actual y de variadas influencias culturales.
Para su aventura checa, la formación ha preparado un repertorio compuesto fundamentalmente por composiciones de autores españoles e iberoamericanos que protagonizarán las intervenciones de los petirrojos –que tal es la traducción al castellano del término patués pitarroi- benasqueses programadas en la majestuosa iglesia de San Nicolás, en la Plaza de la Ciudad Vieja, y en el singular tempo dedicado a San Miguel.
