Ante la necesidad de seguir abordando los efectos negativos generados en el medio rural por las nuevas condiciones demográficas, así como con el objetivo de dar respuesta a la desigualdad territorial generada por estas, las diputaciones de Huesca y Lleida, el Conselh Generau d’Aran y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico firmarán en las próximas semanas el convenio aprobado este viernes en el pleno de la institución provincial altoaragonesa.
En él se pone de relieve el fenómeno socioeconómico que ha favorecido la migración hacia las grandes ciudades y el reto que supone el desarrollo de modelos de producción y consumo más sostenibles, planteando nuevas exigencias respecto a las formas de habitar los territorios. Una situación que requiere de estrategias orientadas a la redistribución de las dinámicas económicas y su efectos sobre la demografía aprovechando el impulso de la innovación como un vector clave para equilibrar y dar sostenibilidad a los modelos productivos territoriales.
A través del fomento de la cooperación entre territorios con unas potencialidades endógenas compartidas, así como con los sectores públicos y privados interesados y afectados, se propone un nuevo modelo de innovación centrado en el desarrollo de esas características que unen a dichos territorios, dando lugar a diferentes Células de Innovación Rural.
En la provincia de Huesca, este Proyecto de Innovación Territorial se implementará en un primer momento en las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza. El proyecto tiene una vigencia inicial de cuatro años y estará abierto a la incorporación de otras administraciones públicas y, por tanto, a su extensión a otras zonas de la provincia de Huesca.
