La Confederación Hidrográfica del Ebro ha firmado el acta de entrega de la central auxiliar de Campo, en el río Ésera, que explotará a partir de ahora esta entidad de forma provisional hasta su adjudicación mediante concurso público. La Central ha sido entregada en lo que se denomina “parada segura”, es decir, con compuertas cerradas y sin turbinación.
Se trata de un nuevo paso en el trámite de extinción de la titularidad y la reversión al Estado de esta infraestructura, una gestión de enorme complejidad administrativa y sobre la que pesan, además, varios recursos entre los que destaca el interpuesto ante la Audiencia Nacional por la empresa Acciona, la hasta ahora titular de esta central auxiliar situada en el término municipal de la localidad ribagorzana de Campo, en el desvío a las poblaciones de Senz y Viu, que tiene una potencia total de 1.670 Kilowatios con un caudal turbinable de 20 metros cúbicos por segundo. Este salto consta de un embalse –el conocido como embalse de Gradiello- que recoge las aguas del Ésera y del caudal turbinado en la Central Hidroeléctrica de Argoné, propiedad de Corporación Acciona Hidráulica S.L.U., y el edificio de la central.
El trámite ejecutado por la CHE es consecuencia de la resolución dictada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, MAPAMA, y conlleva la gestión de la central por parte de la CHE de manera provisional, por un plazo máximo de dos años y teniendo que promover de forma paralela un concurso público para su aprovechamiento.
La Confederación ha realizado paralelamente la comunicación de esta firma tanto a los responsables municipales de Campo como a los de la Asociación de Entes Locales del Pirineo Aragonés, ADELPA, con quienes se comprometió el pasado mes de abril a mantenerles informados sobre la ejecución de este trámite administrativo de extinción.
El alcalde de Campo, el aragonesista Eusebio Echart, apuesta ahora por «esperar» para ver cómo evolucionan los acontecimientos en los próximos meses y si en este intervalo sale adelante la negociación en curso entre el Gobierno central, el autonómico, la propia CHE, Adelpa y los ayuntamientos en cuyos términos municipales se encuentran las centrales para tratar de que las nuevas concesiones conlleven una repercusión en inversiones en las zonas afectadas por las servidumbres de estas instalaciones.
«Es un tema difícil», reconoce Echart quien apunta que, como esta central de Campo va a ser una de las primeras en adjudicarse tras su reversión, desearía que en el pliego de las condiciones para su concesión figurase la obligatoriedad de realizar inversiones en el territorio donde se encuentran estas infraestructuras. «Es algo que, si se quiere, se puede hacer; sólo hace falta voluntad política», señala el alcalde.
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