Centenares de personas participaron anoche en la decimotercera edición de la Festa de la Coqueta que se celebró en el Parque de L’Obaga de Benabarre. Casi 4.000 tapas degustadas y 2.000 raciones de coqueta repartidas gratuitamente entre los asistentes son las elocuentes cifras de una gran fiesta que se ha convertido en el estandarte de las enormes potencialidades gastronómicas y del pujante sector agroalimentario de esta histórica villa, tanto por la calidad de los productos locales como por la excelencia de sus profesionales del sector hostelero.
El amplio recinto del parquin de l’Obaga, que se ha revelado como un perfecto escenario para la cita, acogió un año más esta singular festividad gastronómica que llegaba con el mismo formato puesto en marcha hace ya cinco años para integrar en un mismo paquete la propia Festa junto con la promoción del sello de calidad Benabarre Sabor y la convocatoria de una muestra gastronómica con la presencia de los restaurantes locales y sus especialidades.
Y es que la Festa de la Coqueta mantiene con éxito la idea de sacar la gastronomía a la calle. Animados por el reclamo de la degustación gratuita de las coquetas –las tradicionales tortetas de masa de pan, sangre de cerdo y especias diversas que fueron históricamente un ejemplo de la cocina de subsistencia y hoy se han convertido en un manjar para conocedores- cocidas previamente y asadas in situ y por la oferta de la reputada cocina local con una excelente muestra de tapas que presentaron los establecimientos hoteleros participantes, los asistentes disfrutaron enormemente con las propuestas de los restaurantes Can Pere, ARP y MARS, del Hostal Delgado, de la cafetería El Carmen, del bar Sol y Sombra y de la empresa especializada Chocolates Brescó. Además, el restaurante Els Cremalls de Tolva acudió de nuevo como establecimiento invitado presentando, como el resto, tres tapas distintas muy trabajadas y de excelente sabor.
Paralelamente, el proceso de elaboración, cocción y asado de las coquetas, los talleres dirigidos al público más joven, la demostración del buen hacer de las mondongueras veteranas y la música en directo del grupo Studio4Band, animaron el desarrollo de una fiesta que presentaba como principales novedades la redistribución de las zonas de degustación, en las que se habían dispuesto más de 600 sillas para la comodidad de los asistentes y donde se instalaron las carpas de los ocho establecimientos participantes y las barras de Bodegas Ball d’Isábena y central –para el resto de bebidas- y el nuevo acomodo del espacio dedicado a la elaboración y degustación de la coqueta, que se situó al pie del castillo en un emplazamiento que le dio una mayor vistosidad.
