Sin parrillada multitudinaria pero con un reparto solidario de longaniza entre los más necesitados. La Fiesta de la Longaniza se podrá celebrar el último fin de semana de este mes de julio pero sus organizadores son muy conscientes de que en estos tiempos de pandemias rampantes y, consiguientemente, de rechazo de unas aglomeraciones tóxicas en las actuales circunstancias, es necesario reinventar las convocatorias lúdicas y las celebraciones sociales con unas propuestas seguras en lo sanitario sin dejar de ser atractivas en lo festivo.
Así lo entienden en la Asociación de Fabricantes de Longaniza de Graus, Aventín, Melsa y Maella, entidad que presentaba en la tarde de ayer la que será la trigésima edición de su popular Fiesta de la Longaniza, recuperada este mes de julio tras su celebración simbólica del pasado verano en que se decidió sustituir la parrillada del embutido por el donativo de 6000 raciones de longaniza curada a los bancos de alimentos de Aragón y a Cáritas.
Este año se mantiene esa donación solidaria a estas entidades asistenciales y ello implica que los festejos no serán lo mismo que en otras ediciones “normales”; no pueden serlo habida cuenta de que el acto más característico de su programa habitual –el embutido, asado en una enorme parrilla y la posterior degustación de una gigantesca longaniza- reúne siempre a miles de personas en una cita ahora mismo impensable e imposible.
Por ello, el diseñado en esta ocasión -«condicionada a la situación epidemiológica y al criterio de los expertos sanitarios», recalcan los convocantes apuntando que la situación sanitaria y los protocolos inherentes están obligando a replantear las actividades previstas «literalmente hasta el último momento»- contempla la inauguración en Espacio Pirineos de una exposición fotográfica conmemorativa de las tres décadas de historia de lo que definen como «un evento gastronómico único» el viernes día 30 para desarrollar el grueso de la programación el día 31, adaptándola a las actuales circunstancias sanitarias para evitar esas aglomeraciones habituales ahora indeseadas.
«Queríamos hacer muchas más cosas, algunas de ellas realmente espectaculares, de las que finalmente conforman el programa porque pensamos que estos treinta años de historia se lo merecían, pero no hemos podido sacarlas adelante por la actual situación sanitaria que ha hecho que la organización del certamen haya sido muy difícil de sacar adelante», confiesan los organizadores de este popular festejo. El presidente de la Asociación, Mariano Ciutad, recuerda, no obstante, que como viene ocurriendo desde la primera edición «la base del festejo sigue siendo la degustación de nuestra longaniza, este año, como el pasado, con el donativo de las raciones a quienes más lo necesitan».
El acto físico de este donativo -200 cajas con la leyenda “Donamos la longaniza más grande del mundo”- se desarrollará el sábado a las 11 en la Plaza Mayor y supondrá el arranque de un programa en el que tendrán cabida los artesanos del Mercado Tradicional que, con todas las medidas de seguridad exigibles, expondrán su oferta en las calles del casco antiguo grausino y la celebración de actividades lúdicas y musicales y, como no podía ser de otra manera, gastronómicas con la longaniza como elemento central de las diferentes recetas y preparación es culinarias. También se ha programado una “Gala 30 Aniversario” en la que se reconocerá el trabajo de las personas que, con su esfuerzo y dedicación en las últimas tres décadas, han hecho posible que esta Fiesta de la Longaniza se haya convertido en el altavoz permanente de las bondades de uno de los productos más conocidos y valorados de la gastronomía aragonesa. En su transcurso se presentará la “Jota de la longaniza” compuesta al alimón por los integrantes de la Rondalla Francisco Parra y por el cantador Javier Badules y que, desde este año, se va a convertir en el himno oficial de estos singulares festejos que, desde 2013, están considerados como Fiestas de Interés Turístico de Aragón.
