El Ayuntamiento de Laspaúles ya ha hecho pública la suspensión oficial de la festividad de las fallas en su municipio, aunque reservándose la posibilidad de realizar algún acto simbólico recordando esta costumbre ancestral en los montes pirenaicos, y esta decisión puede marcar la pauta de actuación con estos festejos en el resto de los municipios ribagorzanos que preservan estas fiestas del fuego y la purificación en el solsticio de verano.
Esther Cereza, alcaldesa de Montanuy –donde hay cinco núcleos que celebran habitualmente las fallas- entiende que es evidente que las fallas, como tales, no se van a celebrar pero que otra cosa es que los diferentes lugares puedan organizar -o no, porque ya hay varios pueblos en ambos lados de los Pirineos que se han mostrado renuentes incluso a esta posibilidad- distintos actos simbólicos. Ella, en particular, todavía tiene que reunirse con sus pedáneos y comisiones de fiestas para valorar las posibles propuestas.
También Marcel Iglesias, como alcalde de Bonansa, tiene que reunirse con los vecinos pero sostiene que es un hecho que las fallas no se pueden celebrar en su formato habitual. Así mismo, señala que procurará ponerse en contacto la próxima semana con los otros alcaldes de municipios falleros aragoneses para conocer la situación en los distintos pueblos.
Y José Luis Rufat, alcalde de Sahún, que es el otro municipio ribagorzano con fallas, reconoce que atendiendo a las recomendaciones sanitarias es prácticamente imposible poder celebrarlas ya que, apunta, «sería dificilísimo evitar una acumulación de gente en esta celebración, lo que podría generar situaciones muy peligrosas con el actual estado de las cosas».
