Por Alfonso Sanz
Luis Ferreira es director gerente del Aeródromo de Santa Cilia, en la Jacetania. Ofrecen cursos y actividades relacionadas con el mundo de la aviación. Fly-Pyr Santa Cilia, la Fundación Step by Step y el Club Sillas Voladoras organizan el 20 y 21 de mayo la segunda edición de Vuelo Adaptado. La oportunidad a personas con discapacidad física en las piernas de poder pilotar. Fly Pyr, el Aeródromo de Santa Cilia, y el Aeroclub Nimbus son pioneros en el Pirineo en esta oferta.
¿Cuántos alumnos con discapacidad tienen o han tenido, y como va a ser la II jornada de Vuelo Adaptado?
En la jornada del año pasado tuvimos alrededor de 65 vuelos de personas con discapacidad y en esta esperamos superarlo. Frederic Crespo ha conseguido la licencia recientemente, y es el primer alumno en silla de ruedas que se la ha sacado en nuestro aeródromo. Desde 2008 la normativa permite hacerlo, llevan un avión adaptado que se maneja con las manos, y entre otras cosas tienen que demostrar que pueden salir solos del aparato.
¿En la provincia de Huesca hay afición al vuelo?
En Santa Cilia trabajamos en tres sectores. Por un lado los alumnos de la Escuela de Vuelo, muchos de los cuales son de la zona o de cerca. Otro los pilotos que vienen unos días con su avión y usan nuestra pista para aterrizar y despegar. Y un tercer pilar es la gente que está haciendo turismo en la zona, y prueba a volar un día, o a hacer parapente o ala delta. Aragón, Navarra, País Vasco y Madrid son los lugares principales de procedencia. Todo esto repercute positivamente en la comarca.
¿Es complicado o caro poder aprender?
No es un deporte caro, o no más que otros, como el esquí por ejemplo. Es más exigente en tiempo que en dinero. No puedes venir una vez al año y pretender aprender a pilotar. Requiere una constancia, al menos dos veces al mes, durante un periodo de tiempo continuo.
¿Qué sensación hay sobrevolando los Pirineos? Tienen una imagen que poca gente ha podido ver.
Con el vuelo a vela sin motor, la sensación es la misma que pueda tener un pájaro. Nosotros volamos como las aves, aprovechando las corrientes de viento, lo que hace que sea muy ecológico. Con otro tipo de aviones, con motor o los comerciales, no se tiene la sensación de poder estar tan cerca de la tierra. Nos podemos acercar hasta 20 o 30 metros de las montañas. Incluso ves a la gente que está de excursión comiéndose el bocadillo. Hay una cita que dice que lo que ves y sientes desde el aire con nuestros aviones es un privilegio solo al alcance de los dioses y de los pilotos de vuelo a vela.