El que fuera creador del mítico Orfeón grausino en la segunda década del pasado siglo, Manuel Borguñó, dará nombre desde ahora a la Escuela Municipal de Música de Graus que, tras treinta y siete años de brillante andadura, recibe ahora el nombre de quien fuera un prestigioso compositor, director, musicólogo y pedagogo musical que supo dejar una honda huella en su breve estancia en la villa ribagorzana entre 1914 y 1917.
Aplicando sus novedosos métodos de enseñanza musical, Borguñó supo crear aquí, prácticamente desde la nada, una singular agrupación coral que fue un auténtico fenómeno en su época, protagonizando exitosos conciertos en Zaragoza y en Barcelona y recibiendo el unánime aplauso del público y la crítica especializada. Solo los efectos de la tristemente célebre “gripe española”, que causó estragos en Graus y diezmó al Orfeón, frenó la trayectoria de una formación cuyo recuerdo perdura en la historia grausina.
Como reconocimiento a esa labor pedagógica y cultural, el actual ayuntamiento decidió bautizar con su nombre una Escuela Municipal de Música que se ha convertido en semillero de vocaciones musicales que hacen de la localidad una de las poblaciones en que más intensamente se vive la música en Aragón.
El sobrino nieto de Manuel Borguñó, Jordi Borguñó, descubría en la noche de este miércoles la placa conmemorativa de este “bautizo” de la Escuela dando así inicio a un sencillo y emotivo acto en que se ha rendido homenaje al pedagogo y maestro y a todos los que han hecho posible los treinta y siete años de historia de un centro modélico.
