El Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo acogió el 27 de noviembre la entrega de los VIII Reconocimientos Ciudades Amigas de la Infancia. En esta edición se ha premiado por primera vez a 114 gobiernos locales, mientras que 80 han renovado su compromiso por la infancia y 25 proyectos han recibido el reconocimiento de Buenas Prácticas en Derechos de Infancia y Política Municipal.
Con estos reconocimientos crece la red de Ciudades Amigas de la Infancia de 170 a 274 gobiernos locales en todo el territorio español, es decir, que desde hoy más de un 41% de los niños y niñas en España viven en localidades donde los gobiernos locales se comprometen, dentro de su gestión, a poner los derechos la infancia en el centro de su actividad pública.
Estos premios reconocen a los gobiernos locales que diseñan políticas públicas basadas en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que promueven la participación infantil y adolescente, y que impulsan alianzas a favor de la infancia a nivel municipal.
Milva Bueno, concejala de Participación Ciudadana declaró que “este reconocimiento es la culminación de un largo proceso de preparación que ha llevado varios años de trabajo con nuestro Consejo Local de Infancia y Adolescencia, instituciones, centros educativos y entidades locales que han trabajado de forma participativa en todo el proceso.
(…) Sin embargo, esto no es el final, sino un paso más para impulsar los derechos de infancia en nuestro municipio. Hemos recibido un reconocimiento, vigente durante próximos cuatro años, que nos compromete a llevar a cabo las acciones, dotadas de recursos, previstas en nuestro plan local de infancia y a escuchar las opiniones de los niños y niñas que forman parte del consejo local de participación infantil y adolescente en todos los temas que les afectan.”
Todos los gobiernos locales reconocidos como Ciudades Amigas de la Infancia han puesto en marcha un Plan Local de Infancia que apunta a los 5 objetivos de la iniciativa, para que las ciudades sean lugares donde los niños: tienen acceso a servicios sociales de calidad (salud y educación), viven en un entorno limpio y seguro, pueden disfrutar de su vida familiar, del juego y del ocio, son respetados y tratados de una manera justa en sus barrios y sus necesidades son tenidas en cuenta en las leyes, las políticas y las decisiones que les afectan.
