La noche ha transcurrido tranquila en el área afectada por el incendio de Santa Cruz de la Serós, según ha informado el Gobierno de Aragón, por lo que la extinción total del incendio que se originaba el domingo y que obligaba a desalojar los monasterios de San Juan de la Peña podría finalizar en un corto espacio de tiempo, siempre que el viento no complique las tareas. Según las mismas fuentes, en estos momentos humean algunos árboles secos de grandes dimensiones en el interior de la zona quemada, pero en general está tranquila y segura.
El operativo que ha realizado labores de vigilancia y liquidación, ha sido sustituido por otro de similares características a primera hora de la mañana. Las tres cuadrillas terrestres y las tres autobombas que han pasado la noche en el lugar han realizado labores de vigilancia y liquidación y ya han sido relevadas por un dispositivo similar, que será el que se mantendrá a lo largo del día.
Si en algún momento fuera necesario el apoyo de medios aéreos, lo realizaría el helicóptero de la base de Bailo, que se encuentra a escasos diez minutos del lugar. En estos momentos, el flanco derecho del incendio está frío y el izquierdo continúa siendo la zona de mayor atención, aunque la ausencia de viento en las primeras horas de la mañana facilita el trabajo.
No es la única vez que el fuego causa estragos en esta zona. En agosto de 1994 se produjo un incendio forestal de grandes dimensiones que asoló 4.000 hectáreas y llegó a unos cinco kilómetros de los monasterios y de las localidades de Ena y Botaya. En aquella ocasión, el incendio se produjo por una imprudencia en la zona de Paternoy, y todavía se recuerda hoy en los pueblos más próximos, en el que tuvo que intervenir el Ejército y cuya extinción resultó muy complicada debido al viento y a las difíciles condiciones orográficas del terreno, que dificultaban el acceso y ayudaban a la propagación de las llamas.
En cuanto al incendio actual, las próximas horas serán decisivas para que pueda resolverse, definitivamente, la situación, y se pueda estimar el balance definitivo de las hectáreas arrasadas por el siniestro.
