Opera Omnia cautiva al público de EnClaves en Ortilla

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La actuación ofrecida por la programación del Festival de Música y Patrimonio EnClaves, que organiza la Comarca Hoya de Huesca|Plana de Uesca, el sábado en Ortilla era una incursión en los tonos del Siglo de Oro español, muchos de ellos inéditos, que algunos de los más afamados compositores de la época dedicaron al amor. Estas canciones, a veces pícaras y otras emocionales, estaban interpretadas por una de las formaciones punteras de la música antigua en España, el ensemble Opera Omnia que dirige el violinista Isaac Pulet y que, una vez más, dio muestra de la calidad que atesoran sus integrantes y de la acertada selección del programa que presentan en sus espectáculos.

En esta ocasión, su Amor, no te llame amor alcanza niveles de excelencia en manos de tres de las mejores intérpretes internacionales en su especialidad: la soprano francesa Manon Chauvin, la violagambista cubana Calia Álvarez y la arpista madrileña Sara Águeda que parte de su formación la realizó en el Conservatorio Superior de Música de Aragón.

A las puertas del palacio del antiguo linaje de los Cavero de Ortilla (hoy Casa Paco) el trío desgranó tonadas de Juan Hidalgo, Sebastián Durán, Antonio Martín o Diego Ortiz no sólo con una precisión técnica envidiable, sino también dotando a cada pieza de la merecida expresividad dramática para composiciones que, en muchos casos, fueron concebidas para su representación en óperas o zarzuelas. Incluso los espontáneos elementos presentes en el concierto desarrollado al aire libre acababan siendo integrados con gracia en la interpretación como sucedió con la obra de Juan Hidalgo  Quiero y no saben que quiero sobre letra de Góngora en la que se reitera el verso “Déjame en paz”.

Fueron muy aplaudidas el Abril floreciente de Sebastián Durán y el juguetón ¿Quieres estarte quieto, Cupido? de Manuel de Egüés, donde la voz prodigiosa de Manon Chauvin se manifestó con todos sus matices. También las piezas instrumentales interpretadas por Sara Águeda y Calia Álvarez cosecharon algunas de las más sonadas ovaciones de la tarde, de tal forma que las intérpretes agradecieron los aplausos recibidos con una alegre xácara  de despedida.

A la conclusión fue numeroso el público que quiso acercarse hasta el escenario para felicitar y agradecer a las intérpretes su concierto, quienes antes de su última pieza elogiaron este tipo de iniciativas de la música clásica en el ámbito rural y mostraron su satisfacción por poder actuar en espacios que les permiten una cercanía con la audiencia. 

De acuerdo con la nueva normativa vigente, las medidas de seguridad se extremaron con el apoyo del Ayuntamiento de Lupiñén-Ortilla alcanzando una asistencia que casi completó el aforo disponible.

La mejor entrada de EnClaves 2021 con Zaruk en Casbas

Junto al concierto de Gavarnie Ensemble en Sesa, la música sefardí de Zaruk prácticamente completó el aforo con alrededor de ciento cincuenta personas que aplaudieron con intensidad la propuesta música del dúo integrado por la chelista Iris Azquinezer y el guitarrista Reiner Seiferth quienes, en esta ocasión, vinieron acompañados del percusionista David Mayoral.

Las melodías de Zaruk surgen o se inspiran de la tradición musical de los judíos de la Península Ibérica (Sefarad) pero la evolucionan desde el clásico o el jazz para conducirla hacia nuevos paisajes sonoros que, como Iris Azquinezer explicó identifican con un territorio imaginario, situado el mundo de las ideas, que ellos han denominado Zaruk. Como si hicieran uso de la tradición cabalística o del misticismo hebreo, su arte consiste en materializar con sus instrumentos las composiciones que germinan en Zaruk.

Las piedras cistercienses del monasterio de Casbas conformaron un escenario idóneo para saborear el resultado de este tránsito que, con sensibilidad y fuerza, ofrece un muestrario de paisajes oníricos. 

Entre pieza y pieza los intérpretes intercalaban comentarios que vinculaban las melodías a sus raíces o explicaban el origen y la razón de sus composiciones. Especialmente hermosa fue la pieza creada por Reiner Seiferth que sintetiza el espíritu de Zaruk dando espacio para el lucimiento de cada uno de los instrumentos, en los que son auténticos virtuosos y desarrollan trabajos personales en solitario u otras formaciones que, por cierto, en breve podrán escucharse en el Festival Camino de Santiago que organiza la Diputación de Huesca.

A diferencia de los judíos del este de Europa, donde hunde sus raíces genealógicas Iris Azquinezer, los sefardís usan la canción y la música como herramienta de transmisión cultural de sus valores y conocimientos. Igual cantaban a la novia para aconsejarle en su vida matrimonial, como relataban los siete modos de cocinar la berenjena. Y con esta canción cerraron su concierto donde es destacable el aporte de David Mayoral, uno de los más grandes percusionistas del panorama clásico español que había hecho un hueco en su agenda para acudir a este concierto. Rodeado de todo tipo de artilugios, sorprendió especialmente con el santur (salterio iraní).

El concierto, que fue introducido por Pilar Viu, alcaldesa de Casbas, y Beatriz Calvo, consejera comarcal, concluyó con el público puesto en pie que arrancaron a Zaruk una hermosa propina y el habitual encuentro entre público e intérpretes que suele ser habitual en los programas del Festival de Música y Patrimonio Encalves que organiza la Comarca Hoya de Huesca|Plana de Uesca conjuntamente con el Ayuntamiento de Huesca y la colaboración de la Diócesis de Huesca, el proyecto europeo Mind The Gap. 

 

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