Preocupación por el estado de la torre campanario de la iglesia de Torres del Obispo

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Los vecinos de Torres del Obispo, una pequeña localidad dependiente del municipio de Graus, han alertado del preocupante estado que presenta la torre de su iglesia parroquial donde se ha detectado un más que alarmante aumento de las grietas que amenazan su estructura.

Así lo reconoce el alcalde pedáneo de la población, Adolfo Burrel, quien hace unos días observó que los testigos colocados en abril de 2012 para comprobar la situación de estas grietas se habían desplazado considerablemente por lo que inmediatamente trasladó su preocupación al alcalde grausino, José Antonio Lagüens, quien se puso en contacto con la DGA, la DPH y el obispado de Barbastro-Monzón para darles conocimiento de la situación.

Ante la requisitoria del ayuntamiento grausino, la Dirección General de Vivienda y Rehabilitación del Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón envió este miércoles un técnico para que comprobara in situ el alcance de los daños.

El arquitecto desplazado hasta la localidad ribagorzana, el técnico de la Subdirección Provincial de Vivienda de Huesca Ángel Crespo, ya conocía esta monumental y curiosa torre-campanario que se alza sobre el primitivo ábside románico de la iglesia parroquial ya que, como le reconoció a Burrel, hace 23 años que reconoció esta estructura ante los problemas que ya entonces presentaba.

Entonces se hizo un informe técnico que alertaba sobre una situación que empezaba a ser alarmante y que no ha hecho sino empeorar desde entonces. Crespo le recordó a Burrel que hace cinco años había una partida destinada a la rehabilitación de esta torre pero que finalmente se tuvo que destinar a otra actuación más urgente.

«Ahora la situación es más que preocupante», comenta el alcalde pedáneo tórrense reconociendo que, aunque el peligro de ruina no es inminente, la estructura amenaza «gravísimamente» con colapsar en cualquier momento. «Y lo peor no sería que se cayera la torre, sino que ésta se encuentra situada en una zona con varias viviendas habitadas en el que es el barrio más densamente poblado de nuestro pueblo con la peligrosidad que ello conlleva para los vecinos», subraya Burrel.

A su lado, el constructor jubilado Ramón Baldellou recuerda que él ya trabajó en la consolidación de esta torre hace cuarenta y cinco años. «Entonces el problema estaba en la coronación, que se abría y que tuvimos que cinchar, pero ahora se abre por abajo al fallar el arco que se encuentra al inicio del ábside, encima del altar, y no existir unos contrafuertes que lo sujeten», explica.

La torre-campanario de la iglesia de Torres del obispo es un singular edificio que se levanta sobre el ábside románico del templo con una curiosa planta semicircular. Construida en varias épocas y reedificada en otras tantas, la última de ellas en 1883 según reza una placa fijada en sus muros, tiene dos cuerpos de mampostería bien escuadrada y otros dos de ladrillo donde se encuentran las campanas y está coronada por un pararrayos en forma de gallo –el “gallet”, como es conocido en la localidad- que se ha convertido en el símbolo de Torres del Obispo.

La visita del técnico del Gobierno de Aragón coincidió con el fin de unas intensas lluvias caídas los días precedentes. «Lluvias que, dentro de lo malo, nos vinieron muy bien porque nos permitieron ver que la techumbre del templo estaba muy húmeda, mojada, porque todo el tejado es una inmensa gotera», comenta Baldellou pidiendo también una urgente actuación de retejado de una iglesia que cuenta con unas interesantes yeserías mudéjares que también corren peligro con estas humedades.

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