Por Ana Pascual
Rosario Raro vuelve a Canfranc tras cosechar éxitos como el premio Aragonés del Año de la Asociación Provincial de Librerías de Huesca, asistir a la Feria del Libro de Madrid o agotar la primera edición de ‘El cielo sobre Canfranc’ en un día. La escritora nos cuenta qué le une a Canfranc o proyectos en proceso como el rodaje de una serie basada en sus libros.
Vuelves otra vez a Canfranc, ¿qué nos encontraremos en este nuevo libro?
Una historia distinta, no es la segunda parte de mi novela ‘Volver a Canfranc’ publicada en 2015, pero está ambientada en el mismo lugar y en la misma época: durante la Segunda Guerra Mundial.
La primera edición se agotó en un día, ¿cómo te sentiste? ¿Por qué edición va ahora?
Sabía, por el continuo contacto que mantengo con mis lectores a través de las redes sociales, que había ganas de más Canfranc, pero no esperaba que tantas. Algunos libreros me contaron que, antes de que se publicara, ya les habían encargado muchos libros. La reserva de ejemplares y la preventa funcionó muy bien. Hubo alguna feria a la que no pude acudir porque no quedaban libros, aplacé la fecha y después fue el más vendido.
Escribiste la novela durante el confinamiento, ¿por qué volviste a los Pirineos? ¿Te proporcionaba un oasis mental?
Así es, fue mi forma de conseguir que se borraran las paredes y que se me pasara el tiempo más rápido. El escándalo de corrupción que narro en ‘El cielo sobre Canfranc’ me lo contaron en el verano de 2019, menos mal. Cuántos más detalles conocía más perpleja me quedaba. Lo que sucedió a consecuencia del incendio que sufrió el pueblo viejo el 24 de abril de 1944 ha estado prácticamente silenciado durante ocho décadas. Solo aparecía este suceso en algún libro de ensayo, pero yo quería darle más espacio en una novela, que viviéramos y comprendiéramos a quienes les arrebataron, con total impunidad, todo lo que tenían.
¿Crees que la pandemia ha podido ayudar a aumentar el valor de la lectura, es decir, que se han sumado nuevos lectores?
Los índices de lectura han aumentado ya que el número de lectores se ha incrementado un 6,5% en la última década. En una situación como la que hemos atravesado ha resultado muy evidente el valor que tiene la literatura: proporciona, además de placer estético y materia de reflexión y aprendizaje, evasión, entretenimiento, conmueve, nos hace ponernos, como se dice, en los zapatos de otros, y esto incluso contribuye a desarrollar la empatía. Y la mejor noticia es que este hábito continúa al alza pasados ya el 2020 y el 2021 con sus, espero que, excepcionales circunstancias.
Algunas personas me han dicho que desde el instituto no se habían leído ningún libro, en algunos casos ya hacía tres décadas de eso, y que con mis novelas han vuelto a leer. Eso me hace muy feliz por lo que contribuyo a este hábito, pero, sobre todo, a que comprueben que con un libro se puede disfrutar. En cuanto experimentan esto con cualquier lectura ya no dejan de leer.
En la última entrevista hablábamos de la adaptación de la novela ‘Volver a Canfranc’ en serie o película, ¿la veremos más adelante o se ha paralizado?
Han escrito ocho episodios para una serie basada en ‘Volver a Canfranc’ así que está en proceso. Siempre digo que, si los plazos editoriales son largos, los del audiovisual, aún más. La veremos y ahora con más motivo ya que con ‘El cielo sobre Canfranc’ hay más argumento; continuará.
Supongo que estás al día sobre la restauración que esta sufriendo la estación de Canfranc, ¿Qué te parece?
La rehabilitación del edificio está muy bien. Desde el exterior parece recién construida, como en 1928, y me consta, porque pude ver la presentación del hotel en Fitur, que para la decoración de los interiores han respetado el estilo de la época, es decir, el art decó. De momento la estación perderá su halo fantasmagórico y se llenará de vida, no serán pasajeros, sino huéspedes, pero esa actividad, así como la adecuación de todo el entorno llevará trabajo al valle de Canfranc y eso siempre es positivo para el desarrollo de un territorio.
¿Habrá una tercera parte también basada en Canfranc?
Podría escribir muchas novelas sobre Canfranc, material hay de sobra, pero todo depende de mi estado de ánimo cuando emprenda el siguiente proyecto literario. Cuando publiqué ‘Volver a Canfranc’ que, como sabes, se convirtió en el fenómeno del que ahora llevamos quince ediciones, me hubiera resultado relativamente fácil ponerme manos a la obra con la segunda parte, pero entonces decidí escribir La huella de una carta, mi novela que se publicó en 2017. Esa era la historia que necesité contar en aquel momento. Siempre digo que, si mi primera novela me hizo crecer como escritora, esta otra me hizo crecer como persona. El tono, la historia que elijo, los personajes, todo, siempre responden a mi situación emocional en ese momento.
Acabas de volver de la Feria del Libro de Madrid, ¿cómo ha sido la experiencia?
A los muchos lectores que vinieron les tengo un agradecimiento inmenso porque fue como ir a luchar contra los elementos: a casi cuarenta grados, con riesgo de lluvia, a punto de que nos desalojaran a las siete de la tarde porque había peligro de que cayeran árboles y allí estaban mis lectores con la sonrisa puesta, el cariño dispuesto y algunas historias muy interesantes que contarme.
También has sido elegida por la Asociación Provincial de Librerías de Huesca como premio Aragonés del Año, ¿cómo te has sentido?
Me comunicaron la noticia en el preciso momento en que estaba a punto de salir del parque del Retiro y me emocioné. Me siento muy querida aquí. Siempre digo que más vale tener dos corazones que uno, así que yo me siento muy del Alto Palancia y muy del Alto Aragón también. Reitero mi agradecimiento a la Asociación Provincial de Librerías de Huesca, mis grandes aliados, por concretar en este galardón su estima, y a todos los lectores con los que tengo la suerte de compartir y comentar estas historias tan reales. El 18 de agosto estaré en la feria del libro de Jaca. Será una nueva ocasión para disfrutar de La Jacetania y de sus gentes.
