El escenario no puede ser más apropiado. El antiguo molino del pequeño núcleo grausino de Centenera, totalmente despoblado hasta hace no mucho y que va recuperando poco a poco una población estable, acoge la celebración entre el 9 y el 12 de octubre de un taller sobre la España despoblada.
Una actividad impartida por Manuel González, Profesor Titular de Sociología Rural en la Universidad Pablo Olavide, y Javier Selva, fotógrafo profesional y sociólogo. Anfitrión este último del encuentro, Selva es un ejemplo palmario de este proceso de recuperación poblacional de Centenera con la puesta en marcha desde hace una década de un personal proyecto doble de fomento y comercialización en el entorno urbano de una producción hortelana agroecológica y de promoción de actividades socio culturales y de ocio desde este enclave con propuestas eco turísticas y encuentros artísticos y creativos.
Dado su contenido, el enclave para la celebración del taller no puede ser más apropiado. La turbina hidroeléctrica del Molino Centenera daba luz a cinco pueblos de la zona. Tres de ellos se encuentran abandonados y en estado de avanzada ruina e ilustran perfectamente ese proceso de despoblación que arrasó desde la década de los cincuenta del pasado siglo amplias zonas de las regiones interiores de nuestro país y que, tras unos años de una cierta contención, se está reavivando de una manera imparable en los últimos tiempos.
«El taller será un espacio de conocimiento y reflexión sobre el abandono de numerosos espacios de la España interior y tendremos ocasión de analizarlo sobre una zona especialmente castigada por la emigración», comenta Selva recalcando que, ahora más que nunca, después de que esta pandemia haya puesto en cuestión nuestras seguridades en las sociedades urbanas y cosmopolitas como las habíamos conocido, «debemos redirigir nuestra atención a esa otra realidad que son nuestros pueblos y nuestros paisajes “interiores”» porque entiende que entre todos tendremos que repensar otra manera de estar en este mundo finito.
El taller propone a los asistentes la celebración de excursiones «por paisajes del olvido llenos de voces que ya no están» y entrevistarse con cronistas de esa intrahistoria del abandono.
«Garantizamos que será una buena experiencia», señala el organizador recordando que la comida será toda con productos locales y que «nuestras huertas e invernaderos estarán presentes en la mesa». El vino, el de los agricultores locales y mítica –en la zona- repostería de las mujeres de La Puebla de Fantova no faltarán en este taller que promete «muchas sorpresas más» como las visitas a los pueblos más inaccesibles con tractor o la preparación de un pequeño documental que sirva para sensibilizar del problema.
