La Asociación de Productores de Patata de Chía ha convocado para el próximo sábado 29 de octubre la quinta edición de su popular Feria de la Patata que llega este año con interesantes novedades entre las que destaca la decisión de que la tradicional degustación del producto se realice con una receta de Recau en lugar de las habituales Patatas Colgadas. El Recau es también una sabrosa elaboración gastronómica característica de la zona, un guiso a base de patata –imprescindible en esta feria ribagorzana-, col, fideo gordo, legumbre, verdura, carnes y embutidos cocidos en caldo.
El programa oficial está prácticamente cerrado y se dará a conocer en breve pero, salvo esta decisión de sustituir el plato estrella de la degustación, mantendrá un esquema muy similar al de las ediciones previas con la venta al por menor del producto y la instalación paralela de un mercado de artesanos bajo la cubierta de la Plaza Mayor.
La Feria de la Patata certifica este año el buen momento de este cultivo en Chía, donde la labor de la Asociación de Productores y el interés que ha despertado su apuesta por revitalizar este cultivo ha hecho que la campaña de 2016 se haya aumentando la superficie de producción de una patata que este año es de excelente calidad, especialmente dura y sana por la sequía de los últimos meses, y que desde 2014 ostenta el certificado de “cultivo ecológico”´.
Para conseguir esta certificación, la Asociación de Productores ha fijado unas estrictas reglas de cultivo que inciden especialmente en la utilización de los métodos tradicionales para preservar la calidad del producto. Según explica Arturo Lanau, presidente de la entidad, la excelencia de la pata de Chía viene determinada tanto por la altura de la localidad y sus tierras de cultivo –por encima de los 1000 metros sobre el nivel del mar- y el tipo de suelo como por un sistema tradicional de trabajo de los campos en el que no se utilizan abonos químicos ni productos fitosanitarios.
«Realizamos una enmienda orgánica entre noviembre y febrero y para controlar las malas hierbas se aporta el suelo con ayuda de tracción animal», comenta este agricultor. La rotación de los suelos y los cultivos cada dos años, la humedad ambiental y la utilización de aguas muy puras para los escasos riegos necesarios son otros de los factores que explican la excelente calidad de las patatas de Chía cuyos productores se plantean ahora el reto de poder ofrecerla durante los doce mes del año ampliando así el actual período estacional que va de noviembre a febrero o marzo.
Su cultivo ha sido históricamente una importante fuente de ingresos para los habitantes de esta localidad ribagorzana y en la década de los sesenta del pasado siglo era una de sus principales producciones. La emigración, sobre todo de los más jóvenes, la pérdida de importancia en la zona del sector primario y las nuevas corrientes económicas habían ido arrinconando el cultivo de la patata en Chía pero la puesta en marcha de la Asociación de Productores e iniciativas como esta feria están consiguiendo relanzar un producto que tiene un innegable potencial y que está conquistando mercados en ciudades como Huesca, Zaragoza y Lérida.
