Despiertan las marmotas en la Alta Ribagorza

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La bajada de los sarrios desde los cerros nevados buscando los primeros pastos frescos de hierba tras el deshielo anunciaba hace unos días en el Valle de Benasque el comienzo de la primavera y del estallido de la vida renacida tras el letargo invernal.

Invernando han estado los últimos seis meses las marmotas que han empezado a asomar tímidamente sus hocicos –y sus cuerpos algo menos rechonchos de lo habitual por el forzado ayuno- por entre los pedregales del entrono de los Llanos del Hospital cuyas grietas y oquedades les pueden proporcionar un refugio seguro ante el ataque de sus depredadores.

Unas marmotas que son heraldos definitivos del fin del invierno aunque aún puedan llegar ocasionales heladas y nieves y parte indispensable de esa impresionante riqueza biológica que conserva esta zona enclavada en el monumental Parque Natural del Posets-Maladeta.

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