Veinte años después de que un grupo de asociados del Centro Excursionista Ribagorza, CER, iniciaran la aventura con las dos primeras jornadas del recorrido en el tramo navarro, el pasado puente festivo del 1 de mayo doce miembros de la entidad culminaban el trazado íntegro del GR 11, el sendero de largo recorrido que comunica el Cantábrico con el Mediterráneo atravesando todas las tierras pirenaicas.
En esta ocasión, la delegación del CER aprovechó los cuatro días festivos del puente festivo para afrontar el último tramo del sendero convirtiendo las cuatro etapas aconsejadas en tres y así poder disponer del cuarto día para regresar a Ribagorza una vez culminada la aventura.
Ello hizo que las etapas resultantes fueran más duras de lo que ya son de por sí –con recorridos de unos 30 kilómetros por entre las últimas estribaciones de la cordillera pirenaica en trazados exigentes y “rompepiernas” llenos de subidas y bajadas-, lo que acabó por pasar factura física a alguno de los participantes que, no obstante, sobrellevaron con gran ánimo la experiencia y culminaron sin mayores incidentes la caminata última por el GR 11 con el resto de sus compañeros.
En estas tres últimas etapas, los excursionistas ribagorzanos pasaron por el primer día por La Jonquera, Espolla y visita al castillo de Recasens y Llançà, con visita también a Sant Quirce de Colera en un día con lluvia y muy exigente en lo físico. La segunda jornada les llevó por Llançá, Cap de Creus –con visita a Sant Pere de Rodes- y Port de la Selva mientras que la tercera y última culminó el recorrido con la llegada al Cap de Creus. Algunos senderistas ribagorzanos aprovecharon para desplazarse desde aquí a la vecina localidad de Cadaqués y luego todos ellos participaron en una animada cena en un establecimiento hotelero de la zona que certificaba el punto y final a este recorrido que se ha venido realizando a lo largo de las dos últimas décadas.
