Por José Antonio Almunia
¿La pandemia ha sido la puntilla a la economía del Sobrarbe?
La pandemia, como para toda la sociedad, ha hecho mucho daño en la economía de Sobrarbe; más si cabe por la dependencia de la comarca con respecto al turismo. Esa dependencia viene reflejada en los datos: sobre el 85% de la economía depende directa o indirectamente del turismo. Es cierto que menos mal que durante el verano se pudo trabajar y se recibió un gran número de visitantes pero desde principios de octubre hasta la fecha hemos tenido un desplome del turismo con afección también al sector primario que vende productos a la restauración; por eso el sector turístico se manifiesta exigiendo un apoyo a su situación.
Aínsa es el mayor municipio de la comarca con poco más de 2.000 habitantes, ¿en cuantos núcleos?
Sí, Aínsa ha sido y es el motor de servicios de la comarca. Su plaza mayor es el vestigio de este hecho y ahora el cruce comercial y el polígono industrial han seguido sus pasos. El municipio cuenta con 2354 habitantes repartidos en 26 pueblos, lo que dificulta enormemente la gestión diaria del mantenimiento de servicios. Cierto es que hemos crecido en población y, no solo en Aínsa, sino que también en los pueblos del municipio. Pueblos que tienen un atractivo muy solicitado y que poco a poco van llegando los servicios básicos como es la banda ancha, gracias a la Diputación provincial de Huesca. Por eso somos conscientes de la importancia de seguir trabajando en el tema de la despoblación, de dar a conocer la comarca y los pueblos donde la calidad de vida es enorme y buscar oportunidades en otros sectores como el sector primario, la agroalimentación o el trabajo a distancia para prestar servicios o vender productos.
¿Cómo un ayuntamiento de ese tamaño consigue mantener la viabilidad y los servicios a los ciudadanos?
Para que un ayuntamiento funcione depende mucho de la gestión política pero sobre todo de la implicación de las personas que trabajan en la administración. Tenemos la suerte de contar con personas que se dedican en cuerpo y alma a su trabajo, y eso facilita la labor política; además, la unión de la clase política es primordial. Todas las personas representantes de los distintos partidos vamos a una en favor de nuestro municipio, y eso también facilita la labor. La dedicación de las personas que están al frente de la gestión de las concejalías hace que lleguemos a conseguir dar más servicios y mantener la viabilidad de un ayuntamiento de estas características. Y, por otra parte, están las diferentes asociaciones locales que colaboran directamente con el consistorio en todos los proyectos que se plantean. Como se puede observar, son muchos los pilares que sustentan una administración tan complicada como la que tenemos en Aínsa-Sobrarbe.
¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta un alcalde ante esa situación?
El alcalde es la persona que tiene más visibilidad pero sin lo que hemos explicado en la cuestión anterior sería imposible alcanzar todo lo que nos proponemos. El principal problema es la falta de oportunidades del medio rural: por la falta de servicios básicos, por la falta de trabajo, por la ausencia de vivienda, por la normativa que no diferencia entre pueblos y ciudades y por la falta de habitantes. Aunque tenemos otras oportunidades y recursos autóctonos que exprimimos al máximo como es la naturaleza, la tranquilidad, el deporte al aire libre, vivir con menos estrés que en otros lugares, tener tiempo y poder estar conectados en un lugar privilegiado.
La solución es más población pero, ¿cómo se consigue?
Para conseguir más población lo primero de lo que tenemos que ser conscientes es que tenemos que contar con la gente que vive en nuestro territorio. En eso estamos dedicados en nuestro ayuntamiento: consumo de productos locales, trabajar con empresas de la comarca, búsqueda de oportunidades para gente joven, proyectos de cooperación entre entidades, visibilizar los diferentes lugares con interés turístico y natural, la implantación de banda ancha, la aprobación de la ley de venta directa, construcción de vivienda en el municipio a través de los créditos sin interés de la Diputación son algunos ejemplos. Luego viene la segunda parte: cuidar del lugar donde vivimos y en eso también centramos todos los esfuerzos. Sabemos lo que atrae el Sobrarbe pero solo cuidando del territorio mantendremos su atractivo.
Estamos a punto de pasar el ecuador de la legislatura, ¿qué proyectos quedan y van a conseguirse?
El tiempo en la vida y en la política pasa muy rápido. Tenemos proyectos interesantes encima de la mesa a la espera de los fondos europeos que esperemos puedan hacerse realidad. Este año contamos con proyectos que requieren más financiación la mejora del abastecimiento, saneamiento y depuración del pueblo de Coscojuela de Sobrarbe o la construcción de la escuela de música José María Campo, que va a tener por fin su propia sede. Hay otros proyectos a desarrollar con menor cuantía presupuestaria en los diferentes pueblos del municipio o en el propio Aínsa. Uno de los más interesantes es la recuperación de la muralla norte de la fortaleza de Aínsa, desde el camino de Santiago y uniendo por una acera con la parte comercial de la villa.
Si tuviera que formalizar un deseo para su pueblo, ¿cuál sería?
El mayor deseo sería que todas las personas que habitamos aquí podamos seguir viviendo en las mejores condiciones posibles, tanto en el ámbito de la prestación de servicios como de modo de vida. También que más gente pueda venir a vivir y disfrutar de este paraíso como es el Sobrarbe. Otro deseo sería que sepamos darnos cuenta del privilegio que tenemos por habitar estas tierras y que es nuestra responsabilidad cuidar nuestro territorio, tanto para las personas que nos visitan como para las futuras generaciones.