Más todavía que la instalación de la iluminación especial de estas fechas, la convocatoria del premio de microliteratura Cientocincuenta y, en especial, el montaje del árbol de Navidad en la céntrica Glorieta de Joaquín Costa marcan en Graus el arranque de la campaña navideña.
Y decimos bien: el montaje del árbol ya que desde hace más de tres décadas este enorme abeto que simboliza la esperada llegada de la festividad se construye de forma ecológica con los sobrantes de las podas de los bosques vecinos.
El ensamblaje de este auténtico “mecano verde” es una compleja operación que, por sí sólo, es un auténtico espectáculo. No se puede negar que se trata de un verdadero «árbol ecológico» realizado con oficio y buen gusto por los trabajadores de la Brigada Municipal que le tienen pillado el tranquillo a esta laboriosa operación no exenta de riesgo ya que tienen que trabajar a considerable altura.
Y es que en las últimas tres décadas, este preceptivo árbol navideño grausino es un trampantojo vegetal recreado con las ramas recogidas colocadas sobre una estructura metálica a modo de tronco recreando un abeto. Una estructura que da el tono sin desdoro y que sirve perfectamente a su función de predicar con el ejemplo la lección del reciclaje y del respeto al medioambiente.
Es un monumento a la reutilización y los grausinos se sienten especialmente orgullosos de él durante estas jornadas navideñas. El montaje se hace bien a la vista, invitando a los ciudadanos a tomar ejemplo y ofreciendo una demostración práctica de esa obligatoriedad de reciclar para preservar la vida en nuestro planeta. Una lección especialmente importante en estos días en que la necesidad de reciclar, de reutilizar y de limitar la huella ecológica de la vida cotidiana está quedando más que patente.
