Entrevista a Clara Bosch: “Cuando nació el enoturismo muchísima gente nunca había visitado una bodega, pero hoy en día eso ya no es así. Tenemos que ir a formatos un poco más rápidos y experiencias más personalizadas”

En la Ruta del Vino sois embajadores de una denominación de origen de vino única, ¿cómo la definirías con tus palabras?

La definiría como un club de producto de calidad. Es decir, auditamos a nuestros establecimientos para ofrecer al usuario una experiencia a la altura.

También sois uno de los mejores escaparates de un territorio, el Somontano, hasta el punto de que la gente de fuera suele asociar la comarca con el vino ¿Cuánta gente lo visita cada año?

Más de 68.000 personas, y nos seguimos manteniendo como la séptima ruta del vino más visitada de España. Pero la importancia que tiene el enoturismo es la desestacionalización que presenta. No solamente tenemos julio y agosto, sino que atrae turistas durante todo el año. Por eso es tan interesante este producto para vertebrar el territorio, dado que aparte del vino también es senderismo, cultura, y mucho más.

La promoción es uno de vuestros puntos clave. ¿Por qué ahora habéis decidido hacer una gira por las distintas ciudades oscenses?

“Somotano en ruta” es la celebración de la vida en las plazas, y a ese concepto lo dotamos de cuatro ingredientes: vino, gastronomía, música y arte. Nos parece muy bonito el poder llevar un trocito del Somontano a esas plazas del Alto Aragón, y al final crear sinergias con esos municipios.

Empezamos este tour en 2023, en primer lugar porque queríamos darnos a conocer en otros sitios y poner en valor que somos una denominación de toda la provincia. Además, también queríamos estar presentes en zonas donde hay turistas diferentes de los que vienen aquí.

¿Y en qué consiste exactamente Catando Somontano?

Catando Somontano se celebra en noviembre, que habitualmente es un mes de baja afluencia, pero conseguimos que participe muchísima gente. Ha ganado diversos premios, como la mejor iniciativa de enoturismo de España, pero podemos decir que es un ciclo que cumple varios objetivos. Uno de ellos pasa por relacionar los diferentes establecimientos que tenemos en la ruta, y otro por generar una cultura del vino en el territorio, porque está enfocado tanto al turista como al local. Juntamos, por ejemplo, restaurantes con bodegas para hacer maridajes conjuntos. Entonces tienes en un mismo lugar desde el enólogo al cocinero explicándote cuáles son las razones de ese maridaje. Es un formato que gusta muchísimo.

¿Qué tendencias del panorama enoturístico os gustaría aplicar?

Pues cuando nació el enoturismo muchísima gente nunca había visitado una bodega, pero hoy en día eso ya no es así. Tenemos que ir a formatos un poco más rápidos que apuesten por experiencias más concretas, como puede ser ir sin cita previa a tomarte un vino a la propia bodega.

Nosotros somos un territorio de escapada, y eso lo tenemos claro porque cuando se realizan este tipo de viajes la gente planifica menos y está más abierta a lo que pueda suceder. En este sentido tenemos una guía de imprescindibles para que la gente pueda elegir su intinerario sobre la marcha, y para que se pueda salir un poco de las experiencias que solo tengan que ver con el vino.

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