La Slow Food Ribagorza, una entidad sin ánimo de lucro que busca potenciar los productos agroalimentarios de la zona, ha presentado oficialmente su nueva web. Lo ha hecho el 10 de diciembre coincidiendo con el día de Terra Madre, la jornada festiva internacionalmente del Slow Food que exalta las tradiciones gastronómicas locales y la sostenibilidad de los territorios en los que se producen.
El pasado 29 de noviembre el restaurante de kilómetro 0 Casa Javier, en Piedrafita de Bisaurri, reunió a la mayoría de socios del Conviviun Slow Food Ribagorza en su asamblea anual. Además fue el escenario elegido para inmortalizar los momentos que ilustran la página web: www.slowfoodribagorza.com. La sesión de fotos estuvo a cargo de la fotógrafa ribagorzana Esther Naval.
La página ha sido concebida como una herramienta que pretende dar a conocer un movimiento que ya reúne a más de 100.000 socios en 160 países. El Convivium ribagorzano agrupa a 30 socios; consumidores, productores y cocineros residentes en las comarcas de la Ribagorza, Alta Ribagorça, y Valle de Arán. El proyecto dota a la asociación de mayor presencia en internet a través de la web y de las redes sociales. Ha sido creado por Luis García y Nuria Plana y financiado por el departamento de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón a través de la dirección general de Turismo.
Quiere presentar a todas las personas que comparten la filosofía de promover una alimentación buena (sabrosa y sana), limpia (sin productos químicos, sin transgénicos, respetuosa con el medio) y justa (para el productor y el consumidor). Mostrar a todos aquellos socios que por su tipología de negocio tienen una puerta abierta al público, para que usuarios y clientes puedan descubrir en primera persona, qué es esta asociación y qué proyectos realiza. Porque, sostienen sus impulsores, en tiempos de redes sociales, de comunicación viral, de globalización y de inmediatez, lo que nos diferencia es lo humano, lo natural y lo cercano, «y qué mejor que una conversación de tú a tú para explicar “quiénes somos”».
Además quiere exhibir el territorio en el que se encuentran, un territorio de montaña, de gran riqueza natural, en el que se cultivan y recolectan numerosas variedades autóctonas (manzanas, peras, tomates, setas, azafrán, plantas aromáticas…) y pasta el ganado libremente para dar exquisitas carnes y derivados (quesos, embutidos…), con los que se elaboran productos naturales (panes, sidras, mostazas, zumos, vinagres, mermeladas, cerveza, jabones y cosmética natural…) y dan vida a nuevos proyectos (restaurantes, hoteles y pequeñas empresas) que mantienen la vida en los pueblos y mejoran la calidad de quienes los habitan y quienes los visitan.