Técnicos del Departamento de Salud Pública se desplazaron el miércoles a Ribagorza para llevar a cabo una serie de test rápidos de COVID-19 en los centros sanitarios de Graus y Benabarre. En la primera de estas localidades, las pruebas se les realizaron una quincena de personas durante una hora, entre las 10 y las 11 de la mañana, que pasaban a intervalos de cuatro minutos, mientras que en Benabarre fueron dieciocho los vecinos de la zona de la Ribagorza oriental que se sometieron a estos test.
La alcaldesa grausina, Gema Betorz, recuerda que el Salud se puso en contacto con el consistorio el pasado lunes demandando la presencia de la policía local, para que controlara los vehículos y el acceso regulado de las personas convocadas al centro de salud evitando el contacto entre ellos, y de la brigada municipal, para que realizara labores de limpieza, desinfección e higienización del recinto sanitario y de su perímetro exterior una vez finalizadas las pruebas. «Nos han pedido la colaboración y se la hemos dado», confirmaba este miércoles la edil, señalando que los test se habían desarrollado sin mayores incidencias.
Las pruebas a los convocados se llevaron a cabo en la parte inmediatamente anterior a la puerta de urgencias, donde se había instalado una mesa atendida por el personal desplazado del Salud y por los propios sanitarios grausinos, evitando así el ingreso de los pacientes en el centro de salud y una posible contaminación en el caso de que se detectara algún posible positivo. Hasta allí llegaban los pacientes citados, que hasta el momento de su citación esperaban en sus vehículos particulares aparcados en las inmediaciones del recinto.