En el corazón de Aragón, rodeados de paisajes naturales únicos y en la proximidad de enclaves históricos poco explorados, se encuentran algunos de los balnearios más encantadores de España.

No solo son un refugio de bienestar, sino también una puerta de entrada a la tranquilidad y a la aventura. Los entornos que rodean estos centros termales invitan a dejar atrás el bullicio, ofreciendo la oportunidad de descubrir paisajes montañosos, ríos serenos, y pequeños pueblos cargados de historia.

Desde las cascadas del Monasterio de Piedra hasta las impresionantes formaciones geológicas de los Pirineos, estos destinos termales no solo prometen relajación, sino también una experiencia turística auténtica y enriquecedora, ideal para los que buscan nuevos horizontes lejos de las rutas más conocidas.

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En estos tiempos de prisas, de no parar, un nuevo movimiento comienza a hacerse notar: los balnearistas. Los balnearistas son aquellas personas que han despertado para precisamente practicar el noble arte de descansar. Y es que no se trata del ruido que generan, sino de su capacidad de apagarlo.
Reivindican el derecho a desconectar del estrés del día a día, a dejar de ir de cabeza para venir de cabeza a los centros termales de nuestro entorno. Esto les abre la puerta a un universo de aguas mineromedicinales, paisajes de ensueño y sabores auténticos, es decir, el bienestar en su forma más pura. ¿Su territorio? Los Balnearios de Aragón. ¿Su filosofía? Recuperar el tiempo perdido y abrazar el buen vivir.

Baños de Segura

Ubicado en un entorno inmejorable, el Balneario de Segura te ofrece la posibilidad de explorar una amplia variedad de destinos en sus alrededores. En menos de una hora, podrás visitar la histórica Daroca, el pintoresco Anento, o el emblemático Belchite, conocido por su relevancia en la historia de la Guerra Civil Española. También puedes descubrir el Museo Minero de Escucha, la impresionante Laguna de Gallocanta o las asombrosas Cuevas de Cristal de Molinos. No olvides que la proximidad al Parque Cultural del Río Martín te permitirá disfrutar de actividades al aire libre, como el senderismo, mientras te maravillas con las pinturas rupestres declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco.

 

Manzanera

El Balneario de Manzanera, ubicado en la tranquila y verde sierra de Javalambre, en Teruel, ofrece una experiencia de relajación en un entorno natural de pinos y sabinares. Conocido como «El Paraíso», este balneario ha preservado el encanto de los centros termales más tradicionales, y sus aguas frías de fuerte mineralización son ideales para tratar afecciones cutáneas, respiratorias, digestivas y artrosis.

La ubicación del balneario también es un punto de partida perfecto para los amantes de la naturaleza, con rutas para senderismo, bicicleta y escalada. Desde el nacimiento del río Tejada hasta la fuente del Gavilán y las agujas de las Alhambras. Además, su entorno alberga localidades de gran interés histórico-artístico como Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, Albarracín y la ciudad de Teruel, lo que convierte la estancia en un viaje completo de relax y cultura.

 

Ariño

Ariño, una localidad de profunda tradición minera, destaca por su casco histórico que contrasta con la modernidad del asentamiento minero desarrollado en los últimos siglos. Pero además de su riqueza histórica, Ariño es conocido por sus manantiales de aguas mineromedicinales encabezados por el Balneario de Ariño. Este se sitúa a dos kilómetros de la localidad, entre la Sierra de Arcos y el río Martín, y se ha consolidado como uno de los templos del relax que merece la pena visitar.

En cuanto al entorno, Ariño también forma parte del Parque Cultural del Río Martín, una zona que combina paisajes naturales impresionantes, como los cañones del Martín, con valiosas pinturas rupestres. La Ruta de los Estrechos revela numerosos abrigos con arte rupestre, y en el Centro de Interpretación de Arte Rupestre «Antonio Beltrán» se pueden admirar reproducciones de estas pinturas milenarias.

 

Alhama de Aragón

La localidad zaragozana de Alhama de Aragón ha estado vinculada a las aguas termales desde la época romana, quienes ya reconocían su poder terapéutico. Su nombre, que proviene del árabe «Alhama» (fuente termal), es testimonio de la huella de los musulmanes, quienes también dejaron su impronta en las estrechas calles y la torre de una antigua fortaleza. Además, la iglesia parroquial conserva vestigios mudéjares, con impresionantes yeserías y bóvedas decoradas que aún hoy pueden admirarse.

En el siglo XIX, la fama de los balnearios locales alcanzó su apogeo, con la construcción de edificios modernistas que aún perduran, como el Balneario Termas Pallarés, famoso por su lago termal, el único de este tipo en Europa, cuyas aguas cristalinas brotan a 34ºC durante todo el año; y el Hotel Balneario Alhama de Aragón, que también se ha consagrado como un destino atractivo. Además, la visita no estaría completa sin una excursión al Monasterio de Piedra, un monumento nacional rodeado de unos jardines que despliegan espectaculares cascadas, senderos y una biodiversidad excepcional, algo que lo convierte en un ecosistema de gran riqueza.

 

Paracuellos del Jiloca

En el pintoresco entorno de Paracuellos, a orillas del río Jiloca, se encuentra su balneario, un refugio de bienestar donde podrás relajarte y rejuvenecer gracias a sus aguas termales. Rodeado de naturaleza y confort, es el lugar ideal para desconectar y recargar energías, además de practicar deportes como el golf en su campo de 18 hoyos y 6.200 metros de distancia.

En las cercanías, el impresionante Monasterio de Piedra y su parque natural te sorprenderán con sus cascadas. Al mismo tiempo, la ciudad de Calatayud te recibirá con los brazos abiertos, así como varias opciones de enoturismo para disfrutar de catas y maridajes en bodegas de la Denominación de Origen.

 

Jaraba

Jaraba, al igual que sus vecinas Alhama de Aragón y Paracuellos del Jiloca, es conocida por sus instalaciones de aguas minero-medicinales, cuyas propiedades terapéuticas fueron descubiertas por los romanos, quienes las llamaban «Aguas de las ninfas». En el siglo XIX, se construyeron en la localidad tres balnearios: Serón, Sicilia y La Virgen, de los cuáles La Virgen se encuentra abierto esta temporada.

El entorno natural de Jaraba es igualmente impresionante, con las Hoces del río Mesa, un paisaje moldeado por el agua y hogar de rapaces. En la entrada del barranco de la Hoz Seca se alza el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, icono del lugar. Asimismo, para los amantes del senderismo, Jaraba es también punto de partida de dos tramos del sendero GR 24, uno que conecta Ibdes con Jaraba, y otro que une la localidad con Calmarza, invitando a explorar la riqueza natural de la zona.

 

Vilas del Turbón

Ubicado en el corazón de los paisajes pirenaicos, el Balneario Vilas del Turbón es un refugio ideal para quienes buscan bienestar y descanso. Sus aguas mineromedicinales, procedentes del manantial Virgen de la Peña, son perfectas para aliviar problemas respiratorios, reumatológicos y renales, así como para revitalizar el cuerpo y la mente.

En sus alrededores, la naturaleza invita a disfrutar de una amplia variedad de actividades al aire libre, como excursiones de montaña, ciclismo, barranquismo o hidrospeed. Si prefieres una experiencia más tranquila, puedes recorrer en coche los pintorescos pueblos cercanos como Roda de Isábena, Benasque o Aínsa, y descubrir joyas como el Monasterio de Obarra o los majestuosos paisajes del Parque Nacional Posets-Maladeta y Ordesa.

 

Panticosa

En pleno valle de Tena, rodeado por las imponentes cumbres del Pirineo oscense, se encuentra el Balneario de Panticosa, un oasis de bienestar compuesto por dos hoteles, el Gran Hotel y el Hotel Continental. Este complejo ofrece una experiencia única de relajación con su emblemático balneario Termas de Tiberio, cuyas aguas mineromedicinales emergen a 53ºC, ideales para tratar enfermedades óseas, reumáticas, de piel, así como estrés y problemas respiratorios. Además, el complejo cuenta con el Balneario El Quiñón, un centro sanitario termo-medicinal, y el exclusivo Espacio Termal del Gran Hotel, diseñado para un máximo de ocho personas.

La ubicación privilegiada en el corazón del Pirineo permite disfrutar de un sinfín de actividades al aire libre, desde excursiones a pie o en bicicleta de montaña hasta esquí o raquetas de nieve en invierno. La zona también es rica en historia y cultura, con enclaves como Jaca, el monasterio de San Juan de la Peña y las iglesias románicas del Serrablo, accesibles en poco tiempo desde el balneario.

     

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