Casi un centenar de personas se congregaron la tarde del jueves 24 de enero, en el Centro Cultural de Almudévar, para participar en el segundo cine-fórum “La memoria del territorio: despoblación, colonización y repoblación” que llevó a cabo ViSiONA, programa de la imagen de la Diputación Provincial de Huesca.
En esta ocasión, el cine-fórum versó sobre la colonización. Los historiadores Mónica Vázquez Astorga y José María Alagón fueron los responsables de presentar la jornada a los asistentes y de la selección de los títulos que acompañaron el coloquio.
La sesión se dividió en dos bloques. En el primero se proyectaron tres películas grabadas entre 1949 y 1960. Entre ellas, “España se prepara” (1949) y “Vida nueva en campos viejos” (1960) fueron dirigidas por el Marqués de Villa Alcázar, nombre ficticio del ingeniero agrónomo Francisco González de la Riva y Vidiella. La tercera, “Agua en Monegros” (1959) de Francisco Centol Lahoz, incluía muchas imágenes de la vida en El Temple, pueblo de colonización de la provincia de Huesca muy cercano a Almudévar. Por ello, algunas personas asistentes a la proyección reconocieron a muchas de las personas que se vieron en la pantalla.
Estas películas tenían una parte didáctica pero, esencialmente, respondían a la propaganda política del régimen franquista.
Mónica Vázquez Astorga explicó la estructura común que compartían estos proyectos cinematográficos. El relato era una parábola que comenzaba con mensajes negativos. En “Agua en Monegros” se llega a describir la tierra árida de la zona como “una maldición bíblica”. A continuación, aparecían los mensajes positivos que identificaban al Estado como el único actor capaz de dar una solución y mostraban una vida idílica de los pueblos de colonización o de las personas que vivían en ellos.
José María Alagón, historiador del arte e investigador sobre los pueblos de colonización, apuntó que la vida en estos pueblos no fue tan bucólica como explicaban estas películas propagandísticas. Las familias de colonos se encontraron con muchas dificultades cuando se asentaron en ellos y fueron ellas mismas las que tuvieron que solventar los errores con los que se toparon como, por ejemplo, el no tener niveladas las tierras que tenían que sembrar.
También explicó que uno de los criterios que daba puntos para ser colono era ser familia numerosa, pero por otro lado, había una condición por la que solo uno de los hijos podía heredar la tierra. Esta circunstancia provocó que a los diez años de vida de esos pueblos de colonización, muchos de los hijos de la familia tuvieran que irse a trabajar a otros lugares, por lo que las zonas se encontraron de nuevo con el problema de la despoblación.
Alagón, que nació en el pueblo de colonización de San Jorge, contó con tristeza que fue uno de los niños que vio cerrar la escuela de la localidad.
En el segundo bloque se proyectó “La reforma del campo español (1976), de Jorge Feliú Nicolau. Otra película propagandística en la que se explicaba, también a través de la parábola, la transformación de las zonas colonizadas.
Mónica Vázquez Astorga, historiadora de arte y profesora de la Universidad de Zaragoza, dio varias claves sobre cómo estas parábolas se relacionaban con las ideas de paz y progreso. Para ello, en todas las películas había un elemento común que ejercía como transformador y que justificaba todas las obras hidráulicas realizadas durante el régimen franquista: el agua.
El siguiente cine-fórum de ViSiONA será en la Biblioteca Pública de Aínsa el 7 de febrero de 2019. Se tratará el tema de la repoblación, sobre el que conversarán Sixto Marín y Miguel A. Cordero después de la proyección del documental “El viaje inverso” (2006) de Llorenç Soler.
“El viaje inverso” indaga sobre el fenómeno de la “neorruralidad”. Habla sobre esas personas que abandonan las ciudades para volver al mundo rural.