Cerca de tres mil peregrinos procedentes de Cataluña, Aragón, Madrid, Navarra, La Rioja y Valencia celebraban este sábado en Torreciudad la 12ª edición de la Fiesta de la Virgen del Quinche, Patrona de Quito (Ecuador). En el sábado más cercano a su festividad —21 de noviembre— y desde 2004, familias inmigrantes ecuatorianas acuden cada año a participar en esta fiesta popular que acoge el santuario. Tradiciones religiosas y culturales muy arraigadas en torno a esta advocación mariana se reviven con gran devoción, como la conocida “caminata” que en la capital ecuatoriana lleva durante toda la noche a los peregrinos a pie hasta el santuario del Quinche.
En esta edición, el encuentro daba comienzo a las nueve y media de la mañana con una particular “caminata” realizada por los participantes desde el Crucero, un kilómetro antes de llegar a Torreciudad. La procesión acompañaba a la imagen de la Virgen que era llevada en andas con pétalos de flores arrojados a su paso y diversos cantos marianos entonados por los fieles. Al entrar a la explanada un bandeo de campanas anunciaba la llegada de la procesión, que entre vítores y alabanzas a Nuestra Señora se dirigía hasta la iglesia. Ahí la talla de la Virgen se colocaba en el centro del templo mientras el órgano tocaba su himno. El rector de Torreciudad, Pedro Díez-Antoñanzas, les daba la bienvenida con estas palabras: «Habéis venido a ver a vuestra Madre para pedirle tantas cosas, y Ella espera que se las pidamos. Especialmente aquellas que nos resultan muy difíciles y que nos damos cuenta que deben cambiar en nuestro corazón: el no perdonar, el mal genio, el egoísmo, la pereza…».
Varios sacerdotes recorrían después los aparcamientos para seguir una costumbre muy querida por el pueblo ecuatoriano: la bendición individual de vehículos y diversas imágenes mediante una oración y el uso de agua bendita. Un grupo de voluntarios atendía las visitas guiadas al retablo, la capilla del Santísimo, la galería mariana y el servicio de guardería, mientras que otros fieles aprovechaban para confesarse.
A las doce se celebró la Eucaristía oficiada por el rector, con el acompañamiento musical litúrgico a cargo de la organista titular del santuario, Maite Aranzabal. Al terminar, la imagen se trasladó al exterior del templo y se cantaba el himno nacional de Ecuador. La jornada terminó con una selección de danzas tradicionales ecuatorianas, interpretadas por los grupos “Nuevo Amanecer”, “Euroamérica” y “Sumac Sisana”, de Lérida, y los “Negritos Sabrosos” e “Ilusión ecuatoriana” de Zaragoza.