A pesar de las limitaciones, restricciones y condicionantes de todo tipo motivados por la pandemia, que están mediatizando la vida cotidiana y –es prácticamente seguro- van a alterar el desarrollo de las inminentes celebraciones navideñas, el ayuntamiento de Graus no quiere que el espíritu de estas fechas quedé totalmente arrumbado y si hace unos días los trabajadores municipales colocaban la tradicional iluminación de Navidad en las principales calles de la localidad, este miércoles daban inicio al montaje del mecano del simbólico Árbol que va presidir desde ahora estas festividades –por muy descafeinadas que sean este año- desde la céntrica Glorieta de Joaquín Costa.
El ensamblaje de este auténtico “mecano verde” es una compleja operación que, por sí sólo, es un auténtico espectáculo. No se puede negar que se trata de un verdadero «árbol ecológico» realizado con los restos de las podas y limpiezas de los montes cercanos. Desde hace ya tres décadas, este preceptivo árbol navideño grausino es un trampantojo vegetal recreado con las ramas recogidas colocadas sobre una estructura metálica a modo de tronco recreando un abeto. Los trabajadores de la brigada municipal le tienen muy cogido el tranquillo a la operación y se dan maña artística en la confección de este árbol de pega muy aparente, que da el tono sin desdoro y que sirve perfectamente a su función de predicar con el ejemplo la lección del reciclaje y del respeto al medioambiente.
Es un monumento a la reutilización y los grausinos se sienten especialmente orgullosos de él durante estas jornadas navideñas. El montaje se hace bien a la vista, invitando a los ciudadanos a tomar ejemplo y ofreciendo una demostración práctica de esa obligatoriedad de reciclar para preservar la vida en nuestro planeta. Una lección especialmente importante en estos días en que la necesidad de apretarse el cinturón es generalizada por mor de la crisis económica que está acompañando a la sanitaria.
