Un diálogo abierto con expertos dio respuestas al reto de reducir el creciente consumo de psicofármacos durante las IV Jornadas de Prevención de Adicciones, organizadas por el grupo motor del II Plan comarcal de Prevención de Adicciones, liderado por la Comarca de La Ribagorza. El Salón de Plenos de Casa Heredia acogió una doble sesión de intercambio de experiencias y conocimiento entre profesionales de la prevención y público en general y los ponentes de un evento que centró la atención en la necesidad de actuación ante este problema social, también en zonas rurales.
Marcel Iglesias, presidente de la Comarca de La Ribagorza, abrió la jornada haciendo un llamamiento para “la unión de todos los agentes y recursos que trabajan para generar esa red de apoyo que elimine el silencioso estigma de la Salud Mental”, invitando a los presentes a adherirse al Plan comarcal de Prevención de Adicciones, que cuenta con el apoyo de Cruz Roja, Caritas y la Asociación de Familias contra las Drogas de Ribagorza. Entre los asistentes se contó además con el respaldo de Carmen Baranguan, Jefa de la Dirección de Drogodependencias del Gobierno de Aragón, y de Esther Cereza, consejera de Acción Social de la Comarca de La Ribagorza.
El acto comenzó por la mañana con una actividad exclusiva para profesionales de la prevención de adicciones. La intervención del psicólogo José Antonio Santos Cansado y las trabajadoras sociales Rosa Torres Cortés y María Luisa Olivera González describió la efectiva acción de los Grupos de Ansiedad y Malestar Emocional puestos en marcha por el Servicio Extremeño de Salud desde 2012. Este pionero trabajo ha demostrado su validez para abordar distintos trastornos psíquicos y reducir el uso de psicofármacos desde la actuación de grupos interdisciplinares de profesionales del ámbito sanitario y social con la metodología de la terapia grupal.
Durante estos años diez de evolución hasta 22 centros de Atención Primaria de Extremadura han promovido este programa en el que se “dirige a los propios pacientes a buscar sus propias soluciones en un contexto de seguridad en el que se elimina la discriminación y el silencio que persigue a la Salud Mental”, insistió José Antonio Santos. En la transmisión de esta experiencia se enunció que distintas fuentes recogen en estadísticas el mayor impacto que los psicofármacos tienen sobre las mujeres, existiendo una clara distinción de género en este aspecto. El respeto a los ritmos individuales, sin poner límites temporales a su evolución, fue otro de los puntos destacados para el éxito de la intervención en la reducción de estas actitudes adictivas.
La pausa del mediodía encauzó una segunda parte que abrió el parlamento de Antonio Biescas, Diputado-Delegado de Asuntos Sociales de la Diputación Provincial de Huesca, como presentación a la ponencia del experto Hilario Garrudo, psicólogo clínico con más de 30 años de intervención en Salud Mental. Su charla buscó la interacción con el público para hallar soluciones a situaciones concretas que a lo largo de su carrera ha encontrado en la relación con los consumos dañinos de la población más joven. Hilario Garrudo enunció como la pandemia ha multiplicado la incidencia de los trastornos psíquicos, poniendo el ejemplo de las alteraciones alimenticias en niños. Como soluciones abogó por la “creación de espacios y contextos más saludables y de redes comunitarias de apoyo” desde el triple ámbito familiar, escolar y comunitario.
La jornada contó con un nutrido público tanto de especialistas de Servicios Sociales de Ribagorza y otras comarcas, así como profesionales de la atención psicológica y de centros de salud y escolares, además de con ribagorzanos que quisieron ahondar en la temática que centro estas jornadas inauguradas en 2019.
