Por Lola García Casanova
Luis Borruel Cladelles nació en el Coso y lleva a Barbastro en el corazón y en sus afanes. Ha pertenecido a numerosas asociaciones. “He hecho lo que he podido por mi pueblo. Uno es así, hubiera sido lo mismo en cualquier otro lugar”. Este septiembre fue nombrado Portalero de Honor de la peña el Portal “por su gran amor a Barbastro, su participación desinteresada en asociaciones y entidades” reza la placa que le entregaron. Y el 8 de septiembre, el reconocimiento vino de la mano de la Agrupación de Timbales y Clarines de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros.
La bonhomía le define, conversador, amigo de todos, que sabe disfrutar de la vida y, genialmente, ve la botella medio llena.
Enhorabuena, un septiembre de reconocimientos: primero en la peña el Portal y, días más tarde, de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros.
No me esperaba ninguno de los dos. Cuando me llamaron los de la peña El Portal me olía algo, pero pensaba que era para alquilar el local del Coso. ¡Qué ilusión más grande! Fue una noche muy emocionante.
Y el día 8, otra vez. Una sorpresa total cuando me lleva mi hijo Lorenzo con triquiñuelas al Museo Taurino y ahí, toda mi familia con la agrupación de clarines y timbales y, más amigos. En un sencillo homenaje, me dan las gracias por haber impulsado la banda de clarines y timbales hace una década.
Y además, sus dos hijas (con sus familias) han regresado a Barbastro después de muchos años fuera.
Estamos todos juntos, los cuatro hijos, con mis seis nietas. Este es el septiembre de mi vida.. o casi. Me retiré antes de la edad a causa de un tumor maxilofacial y al principio cuesta acostumbrase un poquito, pero la verdad es que vivo muy feliz y agradecido. Siempre hay que dar gracias a Dios. Sólo hay que mirar por la ventana para darse cuenta de que alguien está peor que tú.
Luis Borruel, ¿usted siempre cae bien?
¡Pues no lo sé! Yo siempre he sido de muy buenos amigos y muy buenos enemigos y a todos los quiero igual. La ingratitud, la envidia y la soberbia son tres bestias que cuando muerden su bocado es profundo. Pero, en la vida y a pesar de todo, hay que saber olvidar el mal que te hacen.
Yo ahora paseo, leo mucho… me encantan las tertulias y hablo con todo el mundo sean de donde sean, igual me tomo un café con un musulmán que con un indigente. Yo no tengo ningún problema.
¿Le han gustado estos dos reconocimientos?
Pues sí. Como decía san Josemaría Escribá “no hagas de tu vida algo inútil, deja poso”. Así me he sentido yo. Lo he vivido con mucha emoción.
¿En qué asociaciones ha participado?
En general en todo lo que he podido: peña Ferranca, peña El Cachirulo, Sociedad Mercantil, barrios, comisión de fiestas, temas taurinos, delegado de deportes allá por los años 70 e impulsamos la primera semana del deporte en Barbastro y las antiguas pistas de atletismo. Iba mucho al Gobierno Civil de la época y me hacían bastante caso. He ido por libre, nunca he dependido de y esto me ha dado mucha fuerza. Nací en el Coso y vivo en la calle San Hipólito. Me gusta el centro. Tanto mi mujer, María José, como yo somos de Barbastro y hemos hecho lo que hemos podido por la ciudad.
Gran parte de su vida ha transcurrido en el Coso.
Nací en el número 26. Mi abuelos maternos, Ramón y Cinta construyeron el edificio del número 24. La mitad la heredó mi madre Mª Cinta; la otra parte, mi tía Pilarín. He visto la vida desde el Coso, trabajé ahí y añoro un poco aquella vida de antaño, el pulso del comercio que se ha difuminado porque la ciudad ha crecido.
Como taurino, ¿qué le pareció la corrida de Barbastro?
Para Barbastro la corrida estuvo bien. Importa que se conserve la tradición.
Y la presencia de antitaurinos.
Yo no lo vi porque fui en coche. Pero me han contado y lamento que hubiera insultos. A mí me gusta mucho el deporte, todo tipo de deporte, me ha gustado practicarlo y verlo en la tele. Todo el deporte excepto el boxeo que no puedo con él. Pues bien, cambio de canal, pero no me pongo a decirles barbaridades.
¿Qué le falta a Barbastro?
Industria y vigor comercial. Son nuevos retos porque todo ha cambiado mucho. Ahora hay empresas que dejan Cataluña, ¿no podría venir alguna? Sin industria no hay dinero. Reitero que los tiempos son otros, por eso hay que buscar nuevos aires e iniciativas.