COLABORACIÓN || Asun Porta
Maestra jubilada del CEIP La Laguna de Sariñena
Hace unos años que me jubilé, pero todavía recuerdo ese primer día de curso que, además en Sariñena, siempre coincide con las fiestas patronales.
Los que vamos vestidos de blanco con la pañoleta azul nos mezclamos en la entrada del colegio con los compañeros y compañeras que vienen de fuera, los que ya conocemos y algunas caras nuevas. Saludos, abrazos, presentaciones, unos con el cuerpo de fiesta, todos con ganas ya de saber cuál es mi grupo, mi clase, mi ciclo…, y con la ilusión de volver a comenzar un nuevo curso distinto al anterior, porque siempre son distintos.
En pocos días todo tiene que estar preparado y organizado. Hay mucho trabajo. El edificio debe estar en condiciones porque el Ayuntamiento habrá aprovechado este periodo de vacaciones para hacerlo. El equipo directivo ha trabajado muchas horas este verano para tenerlo todo dispuesto, aunque ya se sabe que estos días siempre surgen mil asuntos más que hay que resolver. Convocan el primer claustro, el orden del día viene muy apretado, hay muchos temas que tratar. A todos interesa uno: ¿está todo el profesorado que se necesita por el número de alumnado y sus características? Es preciso atender a todos y cada uno y poder desarrollar, continuar o emprender aquellos programas educativos, pequeños o grandes proyectos que surgen cada curso y que algunos forman parte ya de la identidad del centro.
Todos los niños y niñas de Sariñena y pueblos de alrededor o barrios que se han quedado sin escuela van a estar con nosotros, será su escuela, la nuestra, la de todos, es la única que hay, la de su pueblo. Esa escuela en la que entre otras muchas cosas aprenderemos a convivir en diversidad, a resolver conflictos de forma positiva, a escuchar, a desarrollar un espíritu crítico, a respetarnos, a vivir en paz y desear la paz en el mundo, a debatir sin gritar, educación vial, educación para la salud, educación sexual, etc. Si tenemos el profesorado y los recursos necesarios lo haremos, claro que lo haremos. Este gremio es muy profesional porque sabe lo que tiene entre manos: niñas y niñas únicos, cada cual con su personalidad, sus necesidades educativas, con una familia distinta, una educación o una religión distinta; nuestros futuros profesionales: filósofas o artesanos, políticas o sanitarios, cocineros o deportistas… ¿quién sabe?
Recuerdo que les decíamos a las familias, que para trabajar valores como el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la resolución de conflictos de forma positiva, etc. debíamos ir todos a una: familia y escuela, sin embargo hoy es necesario abrirlo a toda la sociedad, porque la familia educa, lo que los niños y niñas viven en casa educa, lo que ven cada día que sucede a su alrededor educa, la tele educa, las redes sociales educan, y os aseguro que es muy difícil trabajar el respeto, que aprendan a debatir y escuchar sin insultar, la cooperación y la solidaridad, etc., cuando la sociedad les muestra lo contrario de una u otra forma. Es muy difícil trabajar la paz cuando cada día ven como personas mayores que se supone responsables del bienestar de los pueblos ordenan matar personas y niños como ellos; es muy difícil pero hay que hacerlo, no podemos dejar de hacerlo, por su futuro y por el nuestro.
Este curso planea el fantasma de la reducción de profesorado. Me resulta muy difícil creer que se puedan recortar medios personales en la escuela pública tan necesarios, precisamente en la escuela pública, en nuestra escuela rural que es la de todos, en cualquier escuela. Hay mucho trabajo y no pueden faltar manos, ni proyectos, ni ilusión, y espero que ese fantasma no traiga la sensación de impotencia por no poder llegar a todo lo que hay que hacer, a todos y cada uno, porque eso sí que es grave, entonces es cuando se pierde el concepto de lo público y la igualdad de oportunidades para todo el alumnado.
Queridos compañeros y compañeras, os deseo un feliz comienzo de curso y espero que se dote a cada escuela con todos los recursos personales y materiales necesarios para que podáis realizar vuestro trabajo con la misma profesionalidad e ilusión de siempre. Porque todos los niños y niñas de nuestras escuelas públicas tienen derecho a una educación de calidad y el profesorado tiene el derecho de tener todos esos recursos para hacerlo posible.